El partido amistoso entre Argentina e Israel quedó suspendido debido a las presiones sociales, informaron varios medios.
Dicho encuentro, que se planeaba fuera en el estadio Teddy Kollek de Jerusalén, fue cancelado a causa de las protestas de los ciudadanos pro-palestinos en los alrededores de la Ciudad Deportiva de Barcelona, donde los jugadores de la Albiceleste entrenaban.
Dichas manifestaciones incluyeron camisetas y banderas ensangrentadas de la selección sudamericana; muchas de ellas con el nombre de Lionel Messi y su número 10 impreso en ellas.
Los futbolistas llegaron a expresarle a la Asociación de Futbol Argentino su temor por disputar el partido, a causa de las crecientes protestas en su contra, así como el panorama político en la zona, lo que los podría poner en riesgo a ellos o a sus familiares.
Queda pendiente el acuerdo económico entre el empresario Dsanny Benaim y la AFA por la cancelacion del partido, pues el organismo del futbol argentino había pedido dos millones de dólares –más gastos- para que se llevara a cabo este partido.