El astro brasileño Edson Arantes Do Nascimento “Pelé” fue uno de los personajes mundiales más asediados no solo por los aficionados, también por compañeros de profesión en todo el planeta, en ese caso, futbolistas en todos los rincones donde estuvo para celebrar un partido oficial o amistoso.
Eso abrió oportunidad para algunos jugadores en su época de tomarse una gráfica con el ídolo del balompié mundial. Entre ellos destacan dos tamaulipecos que pudieron arrancarle un autógrafo o incluso una fotografía, una anécdota muy recordada por sus familiares.
En un primer caso se encuentra Hugo Pineda padre, quién fungió como portero en la década de los Sesenta y parte de los Setenta. El famoso “Chato” defendió la casaca del Tampico así como de Monterrey, Pachuca, León, Puebla y de la selección nacional.
En una ocasión le tocó enfrentar al delantero carioca y al final del partido se tomó un par de fotos, luego de un juego donde le metió tres goles. Años más tarde volvieron a encontrarse y la imagen del cancerbero porteño fue recordada por el ex jugador del Santos, para al final plasmar su autógrafo, una joya valiosa cuya actualidad, hijos y familiares conservan en redes sociales.
Un segundo hecho se dio con un Pelé retirado, pero en una visita realizada a Monterrey coincidió con jugadores de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Uno de esos elementos destacados fue también otro tampiqueño, Francisco Solís, el primer anotador de un Clásico Regiomontano y uno de pocos que vistió ambas camisetas.
Enfundado en el jersey felino, el ahora elemento retirado logró guardar la imagen junto a su hijo y la leyenda del balompié mundial, retratada en la cancha del Estadio Universitario.
Para ellos y sus seres queridos, la historia de tener contacto con el atleta que cambió este deporte fue este día, ante su fallecimiento, recordado como un homenaje a su legado.