Si algo enorgullece y alimenta la vanidad de Álvaro Morales (Guatemala, 1980) es que a pesar de ser “moreno, obeso, de estatura media y de no cumplir con los estándares de belleza que impone la industria de la televisión”, como él dice, está en la cima del periodismo deportivo.
El sello mordaz y provocador de Morales comenzó a fraguarse en 1999, en la revista Golazo Internacional y en La Afición, donde hizo de reportero, editor y articulista de la mano del maestro Jorge Che Ventura.
La polémica acompaña su nombre. Lo han llamado bravucón y payaso, pero eso no lo achica, es más, prefiere que sus haters inviertan su energía en insultarlo a estar en el bando de los comentaristas “intrascendentes y grises”.
Sin embargo, no solo es su personalidad histriónica y “antichivismo” lo que caracteriza a El Brujo Morales —mote que debe a su habilidad de “presentir” goles—, sino también su disciplina a rajatabla que lo llevó a ganar tres Premios Emmy Deportivos por sus shows en la cadena ESPN, además de sus gustos musicales tan disímiles que van de Ricardo Arjona a Iron Maiden.
¿De derecha o izquierda?
Soy una contradicción, algo así como un chairo capitalista. Provengo de una familia migrante y viví en la pobreza, entonces tengo mucha conciencia social; entiendo cómo funciona el mundo y me encanta competir en el sistema capitalista, que me permite una movilidad económica. Funciono muy bien en este sistema, pero no he perdido mi conciencia.
¿Es fácil trabajar contigo?
Para nada. Soy muy competitivo, al aire soy totalmente frontal y mi prioridad siempre es el show, por lo que quiero que mis compañeros estén a la altura, eso lo hace complicado. Demando de mis colegas que estén preparados y presenten los mejores argumentos. Nunca descalifico a ninguno de ellos, hasta que me descalifican a mí, entonces le abren la puerta a Satanás.
¿De qué te sientes orgulloso?
Sé que México y otros países son muy racistas, para mí es un gran motivo de orgullo y alimenta mi vanidad que en la industria en la que trabajo, siendo de piel morena, pelo negro, estatura media y obeso, pues triunfo, sin necesidad de cumplir estándares estéticos.
¿Las mujeres que están en el mundo del periodismo deportivo gozan de esos privilegios?
Las que están en la televisión no, hay una situación que es conflictiva y más en estos tiempos, en los que la lucha de género poco a poco se está haciendo oír con más fuerza; lamentablemente en la industria para la que trabajo, según las estadísticas, el mayor consumidor es el hombre, y me da mucho gusto que el feminismo tome cada vez más fuerza, pero falta que el nicho macho, cervecero y panzón, que es mi consumidor, cambie de mentalidad.
¿Cómo sobrellevas las críticas?
Es motivante y halagador que me escriban, quiere decir que provoco algo a miles de personas. Y es que en esta chamba tengo dos clases de compañeros: los que no soportan la crítica y a quienes nadie les escribe porque son grises y no aportan nada. Que alguien me escriba significa que invirtió tiempo y emociones en mí.
¿Se necesita piel dura para ser comentarista en tiempos de las redes sociales?
Para el negocio en el que estoy, si no tienes piel de hipopótamo, de cocodrilo, no sirves. Prefiero generar odio o animadversión que no generar absolutamente nada. Tengo compañeros que llevan más de 30 años en esto y siempre están en un sector gris.
De todos, ¿cuál ha sido tu encontronazo favorito?
Como les he dado duro a todos... lo pienso mucho porque tengo varios o porque no tengo uno en especial. Me he dado duro con Mario Carrillo, con Dionisio Estrada, Ángel Toraño, José Ramón Fernández, David Faitelson, Francisco Gabriel de Anda, Zague, Pietrasanta. No considero que alguna discusión sea la más chingona de todas, pero a lo mejor ellos pueden considerar si fracasaron conmigo cuando discutieron; he tenido discusiones con todos, y fuertes.
¿Qué les dices a los "haters" que te exigen volver a tu país?
Pues que México es mi país. En realidad no he regresado a mi nación, que es Mixcoac; mi sentimiento pertenece a Lomas de Plateros, Molino de Rosas, toda esa zona es mi nación. Cuando intentan insultarme con que soy guatemalteco, no me provoca enojo; a mi papá sí porque en realidad soy mitad nicaragüense y mitad guatemalteco, esa es mi sangre, pero yo soy mexicano.
¿Eres un provocador?
Soy provocador por naturaleza y en mi vida real también. Cuando llego con amigos de derecha llego echando comentarios zurdos y con mis amigos y familiares zurdos hago comentarios capitalistas, nada más por provocar.
¿Placeres culposos?
Me gusta Arjona, la mayoría lo critica y lo considera un trovador de metáforas fáciles, pero creo que su gran mérito fue patentar lo que nadie más hizo, aunque fuera fácil, a él se le ocurrió la idea y la patentó. Además tiene una historia similar a la mía, pues nació en Guatemala y se vino de muy chavo a México.
Qué estás leyendo ?
Recién terminé El vendedor de silencio, de Enrique Serna.