Desde que era niño, Ginés Marín (Cádiz, 1977) sentía fascinación por el toreo; nunca se vio haciendo algo diferente a lo que es hoy, una figura de la fiesta brava, aunque sí tiene otro tipo de aficiones, como el tenis. Según sus propias palabras, no pretende ser millonario, pero lo cautivó el libro El millonario de la puerta de al lado, pues asegura que su único sueño es ser feliz.
El joven matador, quien tomó la alternativa en 2016 en Nimes, Francia, acompañado por Morante de la Puebla como padrino, recuerda con mucho orgullo el día que confirmó en Madrid en 2017, toda vez que cortó dos orejas tras una gran faena y salió a hombros.
¿Qué les dirías a quienes no les gustan los toros?
Yo creo que la sociedad camina hacia lugares complicados, sobre todo para quien se apasione por el mundo del toreo, pero principalmente lo que yo siempre le digo a la gente que no le gustan los toros es que está en su derecho, pero simplemente que respeten a los toreros, a los aficionados y ganaderos, quienes de verdad mantenemos al toro bravo; estas áreas en el campo se siguen manteniendo gracias a la cría del toro bravo y, por supuesto, la fiesta cultural muy arraigada que creo sería impensable quitarla.
¿Desde cuándo supiste que querías ser torero?
Bueno, pues prácticamente desde que tengo uso de razón he querido ser torero, lógicamente de niño quise ser torero y no lo toman en serio, pero más tarde con 11 o 12 años empecé a tomármelo en serio, ya que como profesión tiene todo. Estaré siempre en el mundo del toro y sobre todo en el mundo del campo, ya que siempre he tenido mucho contacto con estas actividades y con los animales y eso hizo que germinara esa maravillosa afición.
Tu primera sensación…
Mi primera sensación fue un día que estaba en el campo en una fiesta campera y me atreví a coger una muleta y darle unos cuantos pases a una becerrita, esa sensación no se me olvidará jamás, fue la que de verdad hizo que me enganchara a este mundo del toro y sentí la necesidad de repetir esas emociones.
¿Cómo fue tu primer día en el ruedo?
Muchos nervios, la verdad que la primera vez que uno se viste de luces para torear pasas miedo y muchos nervios, todo es nuevo y es como cumplir un sueño, una ilusión que llevas buscando desde hace mucho tiempo; emergen las emociones, sobre todo los nervios, la responsabilidad y también la ilusión y miedo.
¿A quién admiras?
Admiro a todos los toreros y les tengo gran respeto a todos ellos, pero si tengo una gran admiración y devoción es a la figura de Manolete, que tanta historia nos ha dejado y, a 72 años de su muerte, aún seguimos hablando de él y muchos aprendiendo de él y aún comentando sus vivencias y su personalidad.
Tenemos la suerte de verlo en imágenes, pues su confirmación fue aquí en México, creo que fue todo un acontecimiento, no solo para él sino para el país y además resultó triunfal.
¿Cómo es la vida de un torero fuera del ruedo?
La vida es tranquila realmente, al menos la mía, intento siempre estar tranquilo y en el campo y eso me hace estar siempre centrado en mi profesión, no tener ninguna distracción y entretenimiento más allá, pero está claro que es una vida totalmente dedicada al toro, a la profesión y constantemente con la cabeza puesta en lo que uno debe tener, al menos así es mi vida y así la vivo, con el entusiasmo de evolucionar, de crecer y de ser cada día mejor; la idea es disfrutar de mi profesión.
¿Cuáles son tus aficiones? Sé que te gusta el tenis.
La verdad que soy aficionado a varios deportes, ando practicando el tenis y tuve la suerte de poder vivir un acontecimiento de máxima expectación y llamativo: la ocasión en que Roger Federer jugó en la Plaza de Toros; fue algo sorprendente ver cómo el ruedo ser convirtió en una cancha de tenis.
¿Tu libro favorito?
En esos momentos no puedes hacer nada realmente, hace poco leí un libro sobre José Tomás. Aunque me gustaría tener tiempo para leer más; hay uno que me recomendaron y me gustó mucho El millonario de la puerta de al lado, habla mucho de economía, que me gusta bastante y trata un poco de la vida o más bien de una persona normal y de cómo hacerse rico, cómo aprender a ser rico, aunque más allá de tener riquezas a lo que aspiro es a ser feliz y mantener la figura de torero. Es por lo que llevo luchando y sacrificando toda mi vida.
Cómo ves a México…
Con mucha admiración, sobre todo en la parte taurina, creo que les gusta mucho. Nos llama mucho la atención la pasión con la que se vive aquí el toreo, el respeto que hay. En España se ha perdido sobre todo esa pasión a la hora de ir a ver los toros y bueno el ir a la plaza a disfrutar; me llama mucho la atención que aquí en México ves que la gente va a la plaza a disfrutar de su cultura. En España a veces pecamos de intentar examinar todo, de valorarlo y pensarlo, creo que la fiesta del toro es para eso, para disfrutarla, para vivirla y gozarla cuando sale bien.