El confinamiento causado por el coronavirus trajo consecuencias físicas, sociales e interpersonales a todos, especialmente en los primeros dos meses de resguardo. La nueva normalidad nos da hoy la oportunidad de mejorar el lazo afectivo con nosotros mismos y nuestros seres queridos. La psicoanalista Yesenia Serrano nos dice que “necesitamos ser grandes escuchas de las emociones de nuestras familias y amigos en la post pandemia”.
¿Cómo nos afectó el encierro?
La pandemia potenció las problemáticas psíquicas que las personas tenían previamente; en tanto que aquellas que no tenían indicios de conflicto presentaron algún tipo de impacto como depresión, ansiedad y dificultades en sus relaciones interpersonales.
¿Cuáles son las emociones que podemos enfrentar al salir?
La pandemia nos ha sometido a una dura prueba, por lo que si identificamos que los síntomas de ansiedad o depresión son muy intensos, al grado que afecten nuestras actividades cotidianas, es necesario acudir con un especialista para que valore nuestra situación particular y nos indique la terapia a seguir.
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¿Cómo podemos adaptarnos a la nueva normalidad?
Lo recomendable es hacer un ejercicio paulatino de reencuentro con el mundo exterior. Es importante que aquellas personas que sientan miedo de salir realicen ejercicios de acercamiento con la situación; por ejemplo, salir cada día a algún lugar que les genere placer; evidentemente lugares que no sean concurridos. Asimismo, debe contar con una red de apoyo (amigos y familiares).
¿Cómo resolver los conflictos familiares que se generaron?
El resguardo únicamente potenció lo que estaba en nuestra psique, que queríamos evadir. Así también ocurrió en las familias; en aquellas que el resguardo generó más problemas, lo más adecuado es aceptar que la disfunción está allí y buscar apoyo profesional.
Es complicado que la familia en su totalidad desee y acepte acudir a un proceso psicoterapéutico; pero si uno de los miembros reconoce la poca funcionalidad del lazo familiar y la necesidad de un cambio, puede comenzar por sí mismo.
¿Cómo serán las relaciones familiares ahora?
No estimo que cambien mucho, a decir verdad; ni la pandemia ni el resguardo cambian nada si las personas al interior de las familias no realizan un ejercicio de introspección sobre los aprendizajes alcanzados en estos meses.
La familia es un sistema, en donde cada miembro de la familia agrega una parte de sí mismo a la dinámica general.
¿Qué consejos daría para tener una mejor convivencia familiar post pandemia?
Mejorar la comunicación entre los integrantes, tratar de mejorar la conexión y crear intimidad entre ellos. Es impactante observar en el consultorio cómo los pacientes no hablan de sus aspectos más personales con sus padres, hermanos o hijos.
Tenemos que estar abiertos a escuchar más a nuestra familia y a la sociedad. La pandemia nos movió, nos trastocó, pero muchos afectos siguen allí, guardados, sin ser escuchados por alguien. Necesitamos en esta post pandemia ser grandes escuchas de las emociones y sentimientos de nuestras familias y amigos.
yvr