Las consecuencias que dejará el coronavirus aún son incalculables y debido a ello resulta difícil pensar que los festivales de cine en México y el mundo se realizarán como los conocíamos. Atrás quedaron las alfombras rojas y los eventos al aire libre que reunían multitudes; tampoco habrá funciones en salas llenas para ver las películas que, al paso de los meses, tendrían su estreno comercial. Al menos no por ahora.
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Todo cambió. El mundo se adapta a la nueva normalidad y los festivales de cine que se realizan en Guadalajara, Morelia, Guanajuato y San Sebastián analizan las mejores opciones para realizar sus ediciones de forma presencial; contemplan cambios de fechas, creación de nuevas rutas para exhibir películas, organización de eventos limitados y seguir las medidas de salud. Todo lo que sea necesario antes de cancelar.
“Siempre que se tiene una crisis es muy importante llegar lo más pronto posible a un ‘sentido de normalidad’ y en el FICG queremos eso, llegar a esa nueva normalidad, y hay dos factores con los festivales de cine: cómo se hace el festival y cómo se manejan las películas”, dijo a M2 Estrella Araiza, directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, el cual se vio obligado a cancelar una semana antes de llevarse a cabo, en marzo.
“Hacer un festival en línea afectaría a toda una generación de películas y no podemos tomar esas decisiones; además de los premios, los festivales le dan a la cinta la oportunidad de tener distribución internacional”, agregó Araiza sobre el evento que aún busca fechas para su edición número 35.
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Uno de los acontecimientos que se espera para este año dentro de un festival es la presencia de Alejandro González Iñárritu y el reestreno de Amores perros en el Internacional de Cine de Morelia, a 20 años de su estreno en Cannes. A la par de esta opción, Daniela Michel, directora del FICM, trabaja para que su evento se realice en octubre, garantizando las mejores condiciones de salud, aún si eso implica la ausencia de invitados internacionales y la ya confirmada reducción del festival de 10 a cinco días.
“Lo más importante para el FICM es apoyar al cine mexicano, todo lo demás es música de fondo hermosa que nos ha permitido ver en ediciones pasadas a Béla Tarr o Quentin Tarantino. No podemos leer el futuro y lo que nos queda es seguir trabajando día a día para hacer las cosas con un nivel de exigencia que amerita cumplir 18 años”, comentó Michel sobre el festival que, a lo largo de su historia, ha recibido a más de 2 mil cineastas mexicanos.
EL CINE PRIMERO
En la parte internacional, el festival de Huesca fue el primero en abrir con una edición presencial en su teatro sede y un autocinema, así como gran parte de su programación en línea; le seguirá en septiembre el Festival de Cine de San Sebastián (SSIFF), el cual abre su edición 2020 con la proyección de Rifkin’s Festival, la nueva cinta de Woody Allen.
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“Para septiembre se podrá viajar desde casi todos los países y estoy convencido que a nivel de Europa, si no pasa nada más, todos vendrán; estamos confirmando a gente de Asia y Estados Unidos. La parte complicada serán los invitados de América Latina, porque la pandemia está evolucionado a distintos tiempos”, señaló José Luis Rebordinos, director del SSIFF.
En el caso del Festival Internacional de Cine de Guanajuato se contemplan eventos que procuren la sana distancia, como la creación de dos autocinemas, que darán la bienvenida a cientos de personas pero dentro sus autos. “Calculamos una capacidad para 250 y 500 autos, respectivamente”, dijo Sarah Hoch, directora del GIFF, quien también aseguró que 40 por ciento de la programación será online.
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Así, los festivales de cine preparan sus mejores escenarios para realizar sus ediciones de forma presencial y no cancelar; pero si la pandemia no lo permite, está abierta la opción de volver a mover sus fechas.