A través de la línea telefónica, Adriana Barraza atiende la llamada de M2. Da una pausa a sus actividades, pues aunque desde mediados de marzo entró en cuarentena y está “en casa, en Miami, con mi esposo”, su faceta de maestra no le permite parar del todo. En eso, reconoce, “la tecnología ahora nos ayuda”.
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Por eso su rutina “no ha cambiado tanto. Tenemos una escuela que va a cumplir 10 años, el Adriana Barraza Acting Studio, y estamos dando clases online, así como muchos centros de enseñanza y universidades; aprovechamos ese medio, así que de todas maneras seguimos trabajando para la escuela y para hacer comunidad con nuestros alumnos, porque es un momento importante, y muchos de ellos no tienen trabajo, entonces están encerrados en sus casas”.
La estancia en el hogar con su esposo, haciendo mancuerna las 24 horas, también le permite disfrutar otras de sus pasiones con él: “Nos gusta cocinar. El otro día hizo unos tacos dorados divinos, y nos gusta mucho ver programas de cocina”, aunque la labor docente le demanda gran parte de su día.
“Uno tiene que estar preparando la clase, porque el material se modifica. Entonces hay que estar buscando cosas atractivas que puedan apreciarse en sus casas desde una pantalla”, dice la actriz, quien a través de su metodología basada en su propia experiencia de 37 años como pedagoga en actuación, acento neutro y dirección escénica, comparte la experiencia adquirida en 44 años de trayectoria.
EXIGENCIA DIARIA
Sin embargo, Adriana no se confía y se sigue exigiendo como el primer día de su labor en los escenarios, tanto frente a una cámara, como cuando está con los chicos a los que transmite sus conocimientos.
“La actuación, así como la enseñanza, requiere de un trabajo de todos los días. Tú me preguntabas si tenía más tiempo libre con la pandemia, pero en realidad no es así. Hay que leer mucho, prepararse, modificar las clases, tener juntas con los maestros. Pero debo decir que eso me ayuda, te obliga a estar al día; a veces uno como actor puede quedarse atrás, pensando que todo está resuelto y no, nada está resuelto, es un trabajo diario. Y eso cuando se es maestro le enseña a uno mucho”.
La responsabilidad al frente de su escuela la comparte con su esposo y con la maestra Jaqueline Briseño, pues la actuación también demanda gran parte de su tiempo, y aunque está contenta y satisfecha de su historial histriónico, destaca que su carrera no tiene fin.
“Pienso que uno, como actriz, nunca la tiene ya terminada, hecha, por eso todos los días tienes que trabajar mucho, ser muy disciplinada, ser una persona educada y hacer un buen ambiente de trabajo. Eso me ha funcionado a mí”, dice, para de inmediato citar su más reciente experiencia.
NUEVOS PROYECTOS
Sobre su constante trabajo en el país del norte, aclara que “esa clase de ambiente lo acabo de vivir en la grabación de la serie Penny Dreadful: City of Angels, que además me mantuvo ocho meses fuera de casa, porque se hizo en un poblado de Los Ángeles. Fue un trabajo muy arduo, por eso es una gran satisfacción que ya esté en la pantalla. Además, trabajar en una historia de John Logan fue sensacional.
“Doy vida a María Vegas, una mujer mexicana que no nace en Estados Unidos, pero sus hijos sí; sin embargo, ella mantiene sus costumbres, su manera de ser, de vivir, es muy mexicana. Su amor como madre y viuda, por tratar de sacar a sus hijos, la hace capaz de cualquier sacrificio”.
“UNA MUJER MUY FUERTE”
INTERPRETA A UNA MADRE EN PENNY DREADFUL
Al hablar de su más reciente papel, la actriz asegura que tiene todos los rasgos tradicionales de la madre mexicana: “Ella es muy fuerte, como eran nuestros abuelitos con nuestros papás”, dice al referirse a su interpretación, y añade que la riqueza de la serie también está en el retrato que hacen del bullyng que en los años 30 se hacía a los mexicanos, “esa violencia y discriminación que lamentablemente nos demuestra que ese paralelismo de las épocas sigue vigente”.
La serie de televisión tiene como uno de sus productores ejecutivos al galardonado director Sam Mendes (1917) y se transmite los domingos a las 22 horas por Showtime.