Con amplia expectativa recibió el público mexicano a Roberto Canessa, médico cardiólogo y sobreviviente de la tragedia de Los Andes, para su conferencia en el Centro Cultural Teatro 1, una charla que desde hace algún tiempo había sido declarada como ‘sold out’. Sin embargo, se vivió un ambiente extraño durante el evento que incluso llevó a algunos usuarios de X a exponer su descontento en redes sociales, esto también dentro del contexto de las recientes acusaciones en su contra por acoso durante otras de sus charlas.
El formato de la charla, que duró poco más de una hora, se desarrolló cronológicamente, es decir, Canessa relató parte de su infancia y de aquellos detalles que lo llevaron a formar parte del equipo uruguayo de rugby que viajaría a Chile, mismo grupo que terminaría perdido entre la cordillera de Los Andes en 1972.
A continuación, el médico cardiólogo contó cómo vivió los 72 días del accidente, profundizando en su estado mental y emocional durante ese período, además de los acontecimientos que eventualmente lo llevaron a protagonizar una primera parte del rescate de los sobrevivientes. Al terminar esta sección, Roberto Canessa presentó a su esposa, Laura Surraco, quien tomó el micrófono para contar un punto de vista distinto a lo que la mayoría del público conocía, haciendo de esta parte, que duró unos diez minutos, la más entretenida del evento.
“En Los Andes teníamos dos lemas: tal vez mañana y mientras hay vida, hay esperanza. Si tú tienes vida, tal vez mañana comiences a mejorar. Son esos consejos a fuego que nos grabamos en la montaña”, dijo Roberto Canessa.
Después de que su esposa dejara el escenario, Canessa terminó la charla contando algunas de sus reflexiones personales y dándole la bienvenida a una moderadora que procedió a realizar las preguntas que el público había mandado. En este momento fue cuando el evento se volvió vertiginoso, pues las cinco o seis preguntas fueron respondidas en menos de diez minutos y así, sin mayor ceremonia, Roberto Canessa se levantó de su asiento y alzó una mano para despedirse del público.
Los asistentes permanecieron ahí un par de minutos sin entender si el evento ya había terminado o no, hasta que una miembro del staff del CCT dijo a través de las bocinas: “Gracias por su atención”. Lo cual despertó algunas risas entre la audiencia.
Dejando de un lado el relato de Canessa, llamó mucho la atención el diverso público que acudió a su charla como sobreviviente de una espantosa tragedia, pues los niños y jóvenes predominaban en las butacas. Niños menores de 12 y 13 años que, libro bajo el brazo, habían acudido con la esperanza de conseguir un autógrafo del médico. Sin embargo, no hubo oportunidad general para acercarse a Canessa, ni para una foto, ni para el autógrafo.
AMG