Un cielo lluvioso apareció anoche sobre el Zócalo de Ciudad de México para despedir al cantautor y poeta catalán Joan Manuel Serrat en el último concierto de su carrera artística en Ciudad de México.
Durante los últimos respiros de la tarde del viernes, el público fue llenando la explanada del centro de la capital que, poco a poco, fue pintándose con la lluvia, las luces y los cientos de impermeables y sombrillas, indumentaria de los asistentes al concierto.
A pesar de la lluvia y el tráfico de viernes, la gente, entre la que destacaron adultos y bastantes jóvenes, se fue llenando el Zócalo antes de las 20:07 horas, momento en el que apareció Joan Manuel Serrat.
“Buenas noches, son solo cuatro gotas, en un ratito ya no nos acordaremos… Damas, caballeros e imparciales. Para mí es un gusto tremendo estar aquí, la plaza mayor de México, Zócalo lindo y querido. Qué gusto que estén aquí, así puedo darles las gracias por tantas cosas que nos han ocurrido en comunidad y por separado”, dijo el poeta después de interpretar “Dale que dale” para abrir su concierto.
“Ustedes habrán oído decir que estamos celebrando un concierto de despedida. No hagan caso, esto es una fiesta. Así que aparten cualquier atisbo de nostalgia o melancolía y piensen que, a partir de ahora, todo, absolutamente todo, es futuro”.
Hacia “todas, todos y todes”, se dirigió el cantautor antes de cada canción; con el uso de lenguaje inclusivo, como es su costumbre, aprovechó el preámbulo a cada canción para contar historias sobre su esposa, sobre la canción que le escribió a su abuelo y mucho más.
“Barquito de papel”, “El carrusel del Furo”, “Lucía” y “Señora” fueron canciones que formaron parte del primer bloque del concierto que se celebró antes de su visita a Guanajuato donde ofrecerá un concierto en el contexto del 50 aniversario del Festival Cervantino.
El eco de la voz del autor catalán resonó a la par de la de su público entre las paredes del Centro Histórico. La llovizna que iba y venía no asustó a ninguno de los asistentes que permanecieron con Serrat a través de la travesía del repertorio de su vida.
Icónicos temas como “No hago otra cosa que pensar en ti”, “Algo personal”, “Nanas de la cebolla”, “Para la libertad”, “Canço de Bressol”, “De cartón piedra”, “Pueblo blanco”, “Pare” y “Es caprichoso el azar” fueron diseñando el repertorio de la velada, que forma parte de la gira El vicio de cantar, aunque incluyó canciones inesperadas. Sin embargo, sus inmortales temas “Mediterráneo”, “Cantares” y “Penélope” fueron las más coreadas de la noche.
“En esta vida, inevitablemente, todo lo que empieza tiene que acabar. Si por mi fuera yo estaría cantando hasta la madrugada... Quiero dar las gracias a toda la gente que me enseñó a conocer, a querer a este país, que me enseñó a entenderlo y me permitió caminar con él, de la mano, por tantos años. Más vale que mi agradecimiento quede escrito musicalmente”, dijo antes de “Sinceramente tuyo” y “Fiesta” ante su leal público.