Lo que se vivió en el Pepsi Center puede catalogarse como una visita al museo; Luis Antonio Álvarez Martínez, mejor conocido por el nombre de su proyecto, El haragán y Compañía, protagonizó un viaje en el tiempo a la cuna del rock blues mexicano comenzando por canciones como “El Haragán” y “Extraña sensación”, algunos temas enigmáticos del cancionero rockero del país y terminando en lo nuevo, en lo que viene.
“Hagan lo que quieran; canten, bailen, lo que sea”, dijo Luis Antonio frente a un público expectante que acompañó a los músicos por poco más de dos horas y más de 25 canciones. Fieles a la esencia del rock urbano, el público de El Haragán y compañía se presentó incontrolable: a veces salvaje, a veces intolerante, a veces meloso. Un conjunto de emociones que sólo se viven en una presentación tan cercana al ADN de Ciudad de México, que siempre se ha volcado en las representaciones artísticas urbanas.
Fue desde 1989 que El Haragán y Cia. comenzó a compartir la escena con algunos de los grupos más importantes de la historia del rock nacional y cimentó su leyenda a través de canciones que también tocó en este concierto del Pepsi Center. Al ritmo de “La perra brava”, “El chamuco”, “Morir de noche”, “Juan el descuartizador”, “Odio a la gente” y “Entre trenes y gatos” el espectador vivió un viaje completo por la discografía del grupo y se permitió corear las que más conocía, bailar las más movidas y ser testigo de las más nuevas, del parteaguas a un nuevo momento de la historia de esta ‘compañía’ musical.
Y aunque el aspecto musical siempre es lo más relevante de un concierto, es importante señalar que las audiencias rockeras siguen levantando la mano, ya no como la masa que más mueve la industria, sino como una comunidad que busca preservar una idea que para muchos cargó con más que melodías y que incentivó una revolución mental en el país. Es por eso que destacó la buena presencia de asistentes en el concierto del Pepsi Center.
Estos se hicieron sentir durante momentos eje del concierto. El primero cuando El Haragán y compañía realizó “un homenaje para los que ya no están”, en donde destacó el enfoque a “Sax”, Eulalio Cervantes, quien fue miembro de Maldita vecindad y los hijos del quinto patio y que falleció en 2021. ‘Sax’ compartió muchos momentos con el grupo y naturalmente formó parte del ecosistema rockero del país con ‘la maldita’. El público lo recordó al son de “Kumbala” (original de Maldita vecindad y los hijos del quinto patio) y “No estoy muerto”, en manos de los hijos de ‘Sax’, Andy y Naty.
Y el segundo con la participación de Rubén Albarran, que subió entre gritos y aplausos para hacer “Muñequita sintética”, y Carlos Trejo, sombrero y guitarra en mano, personalidad que vive en el subconsciente capitalino y que arrancó sonrisas y aplausos de la audiencia. “A esa gran velocidad”, “¿Qué va a ser de él, Dios?”, “La vida” y “Mi liberación” fueron algunas de las canciones que protagonizaron la parte final de la tocada.
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AMG