El capítulo 5 de Chespirito: Sin Querer Queriendo ya está disponible en Max, y lleva a los fanáticos del comediante a través de una intensa guerra entre televisoras en el pasado, mientras que en el futuro, Roberto es confrontado por sus decisiones.
Todo esto mientras la historia se intensifica durante la grabación del icónico episodio en Acapulco de El Chavo del 8. Si quieres conocer todos los detalles, aquí en MILENIO te los contamos.
La guerra entre Televisa y Canal 8
Este capítulo presenta dos líneas temporales de la vida de Chespirito. La primera ocurre en 1972, cuando se desata una guerra televisiva entre Televisa y Canal 8, tras la salida de Luis de Llano Palmer de la empresa de Ernesto Figueras (Emilio Azcárraga Milmo) para irse con la competencia.
Inicialmente, la llegada de Palmer genera inquietud en Roberto, ya que le informan que el programa Chespirito ya no será parte de la programación. Sin embargo, Palmer no planea despedirlo, sino ofrecerle tres programas propios: El Chavo del 8, El Chapulín Colorado y Ciudadano Gómez.
En Televisa, la salida de Palmer no es bien recibida. Ernesto Figueras (Azcárraga Milmo) quiere a Chespirito en su televisora a toda costa. Por ello, envía a Pepe Jamaica con una oferta tentadora.
Aunque todo el elenco se entera, Roberto la rechaza en varias ocasiones. Finalmente, después de una charla con Rubén Aguirre, accede, pero con dos condiciones: respetar el contrato con Canal 8 y llevarse a todo su elenco.
Figueras acepta a regañadientes, pero debido a la presión por el rating cambia de opinión y presiona a Roberto para que rompa el contrato. Roberto, fiel a su equipo, se niega a dejar el Canal 8.
El conflicto personal de Roberto Gómez Bolaños
En 1978, durante la grabación en Acapulco, aumentan las tensiones entre Roberto y Margarita (Doña Florinda), haciendo evidente para todos, incluido el elenco, la atracción entre ambos.
Marcos Barragán (Quico) confronta por primera vez a Roberto después de que éste nota que sus amigos venezolanos, quienes le han ofrecido un programa propio, están en el hotel.
Roberto le aclara que para tener un programa debe saber escribir, y que “no todo es inflar los cachetes”. Esto molesta a Barragán, quien le responde que no es su dueño y que puede irse cuando quiera.
Al mismo tiempo, María Antonieta de las Nieves, Ramón Valdés y Edgar Vivar conversan sobre sus conflictos con Margarita, quejándose de su actitud y de sus intenciones con Roberto. Lo que no saben es que Graciela Fernández, esposa de Chespirito, está escuchando.
Graciela enfrenta a Roberto y le pregunta si siente algo por Margarita. Él admite que sí, por todo lo que han vivido juntos y por la pasión que comparten por el programa. Ella le cuestiona entonces por qué la llevó a Acapulco con sus hijos, a lo que Roberto responde que "son su gente".
El final: la jugada de Televisa y el cara a cara entre Graciela y Doña Florinda
Hacia el final del episodio, Graciela confronta directamente a Margarita, preguntándole qué tiene su relación con Roberto de especial, pues últimamente “ha estado más tiempo con él que yo, su esposa”. La tensa conversación entre ambas anticipa un nuevo punto de quiebre en la historia.
Por otro lado, regresando a 1972, tras la muerte del padre de Ernesto Figueras, el empresario toma una decisión radical: compra el Canal 8. En plena grabación de El Chapulín Colorado, sorprende a Roberto con la noticia: si no pudo tener a Chespirito... compró la televisora.