La Secretaría de Protección Civil de Chiapas dictaminó que existe un riesgo latente de que vuelva a ocurrir otro derrumbe en el Parque Nacional Cañón del Sumidero, por lo que aunque se abrió la navegación en la zona a través del Río Grijalva, la dependencia pidió a los operadores de las embarcaciones reportar cualquier anomalía.
"En caso de que un operario presencie un fenómeno de remoción en masa, deberá suspender su marcha y establecer una distancia segura, entre su embarcación y el punto de peligro", indica el Oficio de Dictamen SPC/IGIRD / DIAR / OD/ 001 / 2020 del que MILENIO tiene copia.
Tras un recorrido de evaluación por el río, realizado por personal de Protección Civil, del Instituto para la Gestión Integral de Riesgos de Desastres del Estado de Chiapas, de la Capitanía de Puerto y de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se determinó "Riesgo Medio ante fenómenos de origen geológico (caídos y desprendimiento de rocas)", según se establece en el documento.
De tal forma, Protección Civil señaló que se debe implementar un programa de monitoreo de las zonas en donde se han presentado desprendimientos y en donde "existen indicadores de colapsos inminentes".
También se establece que los operadores de todo vehículo acuático deben conducir al centro del cauce del río, "con la finalidad de interponer un área de amortiguamiento ante un probable desprendimiento de roca".
El derrumbe dado a conocer el miércoles a través de un video difundido en redes sociales, es producto de un fenómeno denominado "procesos de remoción en masa", es decir, son caídas y desprendimiento de rocas que ocurren con frecuencia en una de las paredes del Cañón del Sumidero, en el punto conocido como La Huella, esto es a 16.7 kilómetros del embarcadero de Cahuaré, el punto de entrada a cañón.
El dictamen indica que hubo un mayor desprendimiento de roca caliza que no llegó al cauce del río Grijalva, gracias a los árboles que amortiguaron el impacto. Además, de acuerdo con los expertos, se trata de un punto que se mueve 2 centímetros cada año y desde el sismo de 2017, ha presentado mayor actividad.
En septiembre de 2019, MILENIO publicó que una de las paredes del Cañón del Sumidero también está a punto de colapsar, debido a que durante 54 años, la empresa Cales y Morteros del Grijalva ha desmontado cerca de 50 hectáreas de selva baja para extraer piedra caliza para producir cal, lo que ha dejado un enorme boquete a entre 30 y 50 metros de profundidad en las inmediaciones del embarcadero de Cahuaré.
En el dictamen de Protección Civil se incluye información de los estudios realizados por el impacto de las detonaciones de tal empresa, en particular destaca que el Instituto de Geofísica de la UNAM determinó que la actividad de la calera incrementó la inestabilidad natural del cañón, con riesgos de caída de bloques.
RLO