Hace cosa de un año, el mar se tragó a la primera casa de la colonia El Bosque, en el municipio de Centla, a 70 kilómetros de la capital tabasqueña. Pero en el último mes, la erosión costera ha destruido 29 viviendas, incluido el comedor de la primaria donde estudian 45 alumnos.
“Tememos que la comunidad pronto desaparezca por los frentes fríos”, dice Antonio Merlín Coto, delegado municipal de El Bosque, y cuenta que los dos anteriores frentes que azotaron a finales de enero y principios de febrero, trajeron oleajes tan altos que se llevaron toda una calle con alumbrado público. Hoy sólo quedan 45 casas de pie.
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“Mañana nos pega otro (frente frío), y creemos que las otras casas que quedan en la orilla, se las va a tragar el mar”, dice Merlín, quien perdió su vivienda hace una semana. Si sigue en El Bosque es porque a él le dieron posada unos parientes que tampoco están a salvo de la erosión costera. Otros afectados han construido viviendas provisionales con láminas de zinc. “Nadie quiere abandonar el lugar donde ha vivido desde 1981”, dice Merlín antes de contar que, él no sabe de nadie que haya acudido a un albergue o a refugio alguno.
Guadalupe Cobos es madre de cuatro hijos y vive en El Bosque desde hace 34 años. Para ella, la colonia ha estado en el olvido de las autoridades. “Le hemos insistido en que necesitamos un muro de contención, pero nadie nos hace caso”.
Es cierto. En su desesperación, los afectados han entregado escritos a los gobiernos federal, estatal y municipal para que les construyan escolleras en la orilla del mar. La división de los 300 vecinos, sin embargo, complica las decisiones, ya que sólo algunos quieren ser reubicados, pues es una comunidad dedicada a la pesca, la única actividad económica de los lugareños.
—¿Y por qué cree que el mar se está tragando a la colonia? —se le pregunta a Cobos.
"Yo creo que por el cambio climático y por las plataformas de Pemex, porque están muy cerca de nosotros, son como seis o más y de noche se escucha que golpean muy fuerte".
Hasta el momento, ninguna autoridad ha emitido comunicado alguno sobre algún estudio que señale las causas que han originado este fenómeno.
Por parte del gobierno estatal sólo informaron que expertos en la materia realizarán una evaluación de los daños en la colonia que está siendo devorada por el mar.
A pesar de la situación que vive El Bosque, sólo brigadas de salubridad municipal han ido a brindarles atención médica. Protección Civil “da rondines” y se les ha regalado despensas a los afectados.
“Mantenemos constante monitoreo”, ha dicho la alcaldesa Lluvia Salas.
“Ojalá que dejen de minimizarnos”, se queja Antonio Benítez, otro de los afectados, quien está a favor de que las autoridades los reubiquen a un lugar seguro.
Desde hace como ocho años, los lugareños citaron haber reportado la erosión del mar que, para entonces, ya les había restado cerca de cinco metros de playa, sin embargo nadie les hizo caso. Desde hace un año, desde febrero del 2021, el oleaje subió y las casas empezaron a verse afectadas.
Rosa Cardoza Carrillo fue una de las primeras que vio cómo el mar destruyó su casa. Se mudó a Frontera, cabecera municipal de Centla, lo que la obligó a cambiar la venta de mariscos por el negocio de los tamales.
“El mar ha venido arrasando con todo, se llevó nuestras casas, yo perdí la mía hace un año…fue la primera.”
Según Merlín, los frentes fríos seguirán hasta mayo. “Pero luego sigue la temporada de huracanes que termina en noviembre. ¿Usted cree que la comunidad va a aguantar?”.
FS