Los migrantes extranjeros retornados a México, en espera de su cita para tramitar una solicitud de asilo en Estados Unidos, no tienen tan fácil la oportunidad de conseguir un empleo y menos un lugar en donde pasar la noche.
Uno de esos migrantes es Jaime Antonio Astacio Calero, de 25 años, quien dejó Nicaragua en mayo de 2018, tres días después de que militares asesinaran a su hermano por participar en una protesta contra el gobierno.
El migrante indicó que antes de salir a la calle lo recibieron en el Instituto Nacional de Migración (INM), cuyo personal le advirtió que no puede trabajar en México.
“Voy a trabajar como debe ser porque a mí no me gusta pedirle a la gente, estoy joven, tengo mis manos y todo para salir adelante”, indicó el extranjero.
Antonio es uno de los últimos 565 extranjeros retornados esta semana, que deben esperar en México para volver a una corte federal para continuar el trámite de asilo. En su caso será hasta el próximo 12 de noviembre.
El 28 de enero de 2019 empezó la devolución de migrantes y desde entonces ya se contabilizan 6 mil 849 retornos de extranjeros, incluidos niños.
ledz