Su nombre artístico es “Zapatillo” y se aguantó las lágrimas cuando le pidieron hablar tras recibir su pasaporte, luego de 20 años de ser payasito urbano por las principales calles de Tampico.
Walter Jeovanny Aguilar llegó desde El Salvador hace dos décadas y en Tampico, tuvo tres hijos con una mujer porteña. Recibió de manos de Magdalena Peraza Guerra, enlace del gobernador en el sur del estado, el pasaporte. Ahora, podrá viajar a su tierra natal y regresar a México sin ningún problema.
Al igual que el hombre de 45 años, se entregaron 10 actas de nacimiento binacionales y 6 pasaportes más a personas que ya tienen una vida en Tamaulipas, también a menores de edad.
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Jeovanny comentó que decidió quedarse en la zona “por la vocación de comercio, una ciudad en donde viene gente de muchos lados y tuvo hijos con una chica de Tampico; no me puedo quejar de nada, todo mundo me echa la mano y hago shows en la plaza, en el mero centro de la ciudad”.
Es tal la emoción del payaso tampiqueño de corazón, que cuando se acuerda que cuando nacieron sus hijos no pudo ingresar al hospital, otra vez logra contener la emoción al manifestar lo complejo que es ser migrante.
“Es la doble nacionalidad y los pasaportes, que como lo comentaba, esto les permitirá tener la certeza de en un momento a otro viajar a su patria sin ningún problema, ya que están legales en su país como aquí en México, así que eso es algo muy importante porque les da la certeza de estar regulares en México, de poder sacar sus hijos adelante”, remarcó Peraza Guerra, que es acompañada en el evento por personal del Registro Civil y el Instituto del Migrante del Estado.
Entre los beneficiados, destaca la historia de Iker, un niño de cuatro años de padres mexicanos, pero nacido en Texas, que necesitaba tener la nacionalidad mexicana para acudir a la escuela y acceder a su derecho a la educación.
César Gabriel Castillo García, padre de Íker Castillo, dio a conocer que el niño nació en Houston, Texas, pero tuvieron que regresar por la pandemia ya que no hubo la posibilidad de seguir trabajando y darle una buena calidad de vida a su hijo.
“Allá trabajamos en fábricas, pero con la pandemia el trabajo se redujo bastante para nosotros y tuvimos que regresarnos para México, incluso viajamos intempestivamente, así que por eso comenzamos a realizar los trámites”, declaró Perla Pastrana, mamá del menor.
El padre Silverio Martínez Bárcenas, párroco de “María Auxiliadora”, acompañó todo el protocolo e incluso ayudó al traslado de los beneficiarios con el programa, incluso durante el evento pidió un momento para rezar un padre nuestro.
El integrante de la Diócesis de Tampico, recordó que la migración es un fenómeno que está vigente en la vida cotidiana de los habitantes de la zona sur de Tamaulipas, y la comunidad católica se ha involucrado.
“Es un tema tan complejo y cada uno hace lo que puede, yo estoy en María Auxiliadora, han llegado y los apoyo, pero luego llegan más, pero lo ideal es buscar el caminito de las instancias adecuadas”, puntualizó el sacerdote.
SJHN