Autoridades locales detectaron una red de tráfico de personas, principalmente de origen ruso, quienes pretendían cruzar la frontera de México para ingresar de manera ilegal a Estados Unidos para acogerse a las leyes norteamericanas y conseguir asilo.
De acuerdo con autoridades de Tijuana, hace un mes descubrieron al primer grupo, cuando de noche y a bordo de una vagoneta, llegaron a uno de los carriles de la garita San Ysidro, California.
El vehículo tenía placas de California y era manejado por un ciudadano ruso, quien a su vez estaba acompañado por otros diez de sus connacionales, algunos escondidos en la cajuela.
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Estas personas, saben que al estar en territorio estadunidense, legalmente podrían solicitar un trámite para quedarse allá, explicó Pedro Cruz Camarena, secretario de Seguridad Pública en Tijuana.
“A todos les preguntaban: '¿Tienes algún familiar aquí?' Y misteriosamente todos tenían familiares”, y eso les facilitaba ingresar a la unión americana, describió el funcionario.
Al cruzar la frontera una persona iba por ellos a la estación migratoria en California, los citaban en la corte, donde les aclaraban que no estaban legalmente en el país gobernador por Joe Biden. Ellos aceptaban que era cierto.
“Pero les daban fecha de citación para corte (donde se define su situación migratoria), de uno o dos años. Entonces legalmente ya estaban adentro”, detalló Cruz Camarena.
Esa modalidad de cruce continuó las siguientes semanas, por eso autoridades de Tijuana se coordinaron con Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) e iniciaron operativos en el puerto fronterizo.
“A partir de las boyas ya es Estados Unidos, entonces era detectar a los vehículos antes de que entraran y ahí remolcarlos”, detalló.
En un día eran hasta 12 vehículos con un promedio de 15 migrantes rusos en el interior; es decir, un estimado de 180 extranjeros intentaba ingresar a la Unión Americana en un día.
Fue eso y no las restricciones a cruces no esenciales por la pandemia, lo que generó un cruce vehicular más lento, eran hasta seis horas de espera para llegar a la garita y cruzar a San Diego, California.
“Supimos por algunas pláticas con ellos que la cuota que pagaban por cruzarse era en miles de dólares, entonces era un negocio redondo”, sostuvo Cruz Camarena.
Se estima que cada migrante ruso, sólo por el cruce paga 20 mil dólares al traficante de personas.
Es una red que opera la mafia rusa con apoyo de “polleros” mexicanos para agilizar su intento de cruce ilegal, indicó el funcionario.
En Tijuana, a pesar de la pandemia, es común ver a extranjeros en las calles turísticas.
“Hemos detectado distintos visitantes, que por sus características reúnen son europeos, rusos, algunos chinos”, mencionó Ricardo Guerrero Méndez, Jefe de la Sección Turística de la Policía Municipal de Tijuana.
La mayoría acude a divertirse en los populares bares de la avenida Revolución.
Pero “nosotros únicamente interactuamos con ellos, en caso de que ellos nos lo soliciten o que estén vinculados en alguna actuación policial, que es muy raro”, describió.
Durante junio, a partir de una mayor vigilancia de ambos países, disminuyeron los intentos de cruces de rusos por dicha garita, según confirman las autoridades.
DMZ