Ante las clases que se impartieron en línea y la implementación del Modelo Educativo Híbrido que se implementó en la primera mitad del ciclo escolar 2021-2022, las carencias en los hogares y la falta de conectividad, los estudiantes del estado de Puebla se colocan entre las cinco entidades con mayor vulnerabilidad.
De acuerdo con el análisis “La educación ante la pandemia de covid-19. Vulnerabilidades, amenazas y riesgos en las entidades federativas de México”, realizado por el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), con información de las condiciones de vida de las personas, de los recursos del sistema educativo y de la presencia de la covid-19, los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Veracruz y Puebla presentan las condiciones más adversas para la educación en tiempos de la pandemia.
En una escala del cero al 0.35 en donde cero es la carencia de vulnerabilidades, Puebla se colocó con una calificación de 2.23; en la lista que es encabezada por Chiapas con 0.29; le sigue Oaxaca y Guerrero con 0.25; mientras que Veracruz aparece con 0.24. En contraste, Ciudad de México, Nuevo León, Sonora, Aguascalientes y Baja California se encuentran con condiciones relativamente mejores, con calificaciones de 0.3, 0.8, 0.9, 0.1, 0.11, respectivamente.
En el estado de Puebla y, en general en todo el país, México presenta severas limitaciones para dar continuidad al proceso enseñanza-aprendizaje y se presentan mayores desigualdades que impactarían el desempeño educativo a raíz de los efectos de la pandemia, destaca el análisis.
El estudio del CEEY estima que ante los problemas educativos que se presentan durante la pandemia, la escolaridad de la población se reducirá afectando, en mayor medida a las poblaciones de menores; además, la movilidad social se reducirá, es decir, la posibilidad de que una persona nacida en hogares con carencias pueda mejorar sus ingresos disminuirá.
Chiapas, Puebla, Sinaloa, Tamaulipas, Baja California Sur y Campeche presentan una combinación de riesgo educativo y asociación entre educación de hijos y padres que colocan a estas entidades federativas con menos posibilidades de reducir la movilidad educativa, destaca el análisis.
Dentro del estudio se destaca que el riesgo de sufrir una situación adversa es producto de la vulnerabilidad ante la presencia de una amenaza. En el caso de la educación en presencia de la pandemia por covid-19, la mayor vulnerabilidad la presenta la población en edad escolar con elevado rezago educativo.
“Esta vulnerabilidad aumenta en hogares con pocos recursos humanos, de infraestructura y financieros. Además, ser estudiantes de un sistema educativo con problemas de desempeño incrementa la vulnerabilidad de no recibir una instrucción escolar adecuada”, establece el análisis.
En febrero de 2020, en México presentó el primer caso de covid-19. En marzo de ese año, se declaró la situación como pandemia a nivel mundial, ocurrió el primer fallecimiento en el país por esta causa, y también la Secretaría de Educación Pública (SEP) decretó la suspensión de clases presenciales en el Sistema Educativo Nacional. Esta medida buscaba evitar la propagación del covid-19 en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y las de media superior y superior dependientes de la SEP, y se consideraba de carácter temporal, pero eventualmente se extendió a todas las que conforman el sistema educativo hasta el año escolar que concluye en 2021.
AFM