Comida que cuenta historias

Entrevista | Aquiles Chávez, chef de Le Petit Chef

Los comensales pueden sentarse en una mesa a escuchar las historias del comerciante que llevó los fideos a Italia y probar platillos que evocan las historias de sus viajes.

Se inspira en las historias de Marco Polo. (Especial)
Martina Spataro
Ciudad de México /

Desde Venecia hasta China y Mongolia, Marco Polo recorrió la ruta de la seda con fines comerciales, sin la mínima sospecha de que su vida se estudiaría en las clases de la historia de la gastronomía.

Con el increíble trabajo de programadores de videomapping y animación, junto con el talentoso sazón del chef tabasqueño Aquiles Chávez, los comensales pueden sentarse en una mesa a escuchar las historias del comerciante que llevó los fideos a Italia y probar platillos que evocan las historias de sus viajes.

TODA UNA AVENTURA

Le Petit Chef es toda una experiencia gastronómica interactiva que llegó a México, donde un pequeño cocinero, proyectado sobre el plato, narra las hazañas de Marco Polo y al final de cada capítulo “prepara” una serie de platillos —diseñados por Chávez— con ingredientes de cada uno de los lugares que recorrió el viajero.

“Como en cualquier viaje, este es uno de descubrimientos y sorpresas. Le Petit Chef sale de Francia y lo acompaña por su travesía en Italia, Arabia, India, el Himalaya y China”, dijo Chávez. A lo largo del viaje, Le Petit Chef recoge ingredientes con los que va ‘preparar’ los platillos. En total son seis tiempos.

“En India hacemos un pescado al curry acompañado de raita y pan Nan. Lleva arroz basmati y ghee (mantequilla clarificada). En el Himalaya servimos un sorbete de coco con jengibre y limón. En China damos un pato cantonés buenísimo y cerramos con un arroz brulee con especias”, platicó.

Esta experiencia es una puesta en escena muy tecnológica que proyecta paisajes sobre la mesa mientras interactúan con Le Petit Chef. Para diseñar el menú, Chávez se basó en el guion de las historias y las imágenes que se exponen.

“Todo menú cuenta una historia y tiene que estar balanceado para que funcione gastronómicamente”. La comida es memoria. “Hay platos que pueden ser una gran tragedia o gran alegría nacional o momento histórico. La comida cambia al mundo”, destacó.

Además de ser una necesidad básica en todo el mundo, la comida es una experiencia muy personal. “Tiene una gran capacidad de cambiar el humor de las personas. Yo recuerdo perfecto qué comí el día que murió mi abuela y cada vez que quiero invocar a mi mamá me basta con una cucharada de mole verde”.

Hoy, como nunca antes, los cocineros ya no se dedican al negocio de la cocina, sino al del entretenimiento, aseguró Chávez: “Independientemente de si hay o no tecnología involucrada, los chefs necesitamos ofrecer experiencias únicas, además de una comida excepcional”.

Trabajar en este proyecto le ha permitido dimensionar al personaje de Marco Polo en otro terreno, “pasa lo mismo cuando lees al Quijote en la escuela y luego lo retomas más grande; lo entiendes desde otro lugar”, abundó.

Trabajar con Le Petit Chef le ha dejado “nuevas pautas para hacer cosas en mi cocina”.

LOCALIZACIÓN

PARA VIVIR LA EXPERIENCIA

No hay que perder ni un segundo, porque quedan poco tiempo. El 14 de julio es el último día de la experiencia. Los boletos (mil 680 pesos) se pueden encontrar a través de Boletia. El evento se lleva a cabo viernes y sábados en el restaurante Chinaloa, en la Roma.

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