Los equipos de socorro trabajan contrarreloj para salvar a miles de personas refugiadas en los árboles o en los techos de sus casas tras el paso devastador del ciclón Idai por Mozambique y Zimbabue y de manera indirecta Malawi, donde hay riesgo de que algunas represas cedan por las intensas lluvias.
El ciclón, que arrasó el centro de Mozambique y luego el este de Zimbabue, podría dejar más de mil muertos advirtió el presidente mozambiqueño, Filipe Nyusi.
En ese país del oriente africano, una zona de 100 kilómetros de largo está totalmente inundada, según el ministro del Medio Ambiente, Celson Correia.
Hay un “océano” en la tierra que aísla por completo muchos pueblos, dijeron algunos testigos. Además, la capacidad algunas represas se está acercando a su máximo nivel, advirtieron organismos independientes de ayuda.
El presidente Nyusi pidió a los que viven cerca de los ríos de la región que “abandonen la zona para salvar su vida” porque las autoridades no podrían tener otro remedio que abrir las represas a pesar de que la tierra ya está inundada.
Tanto en Mozambique como en Zimbabue, numerosos puentes y carreteras fueron arrastrados por el agua, complicando las operaciones de socorro.
En barcos neumáticos o en helicópteros, los trabajadores humanitarios continuaron ayer socorriendo a personas refugiadas en árboles y techos.
Pero las operaciones se complican por la falta de helicópteros.
“En los árboles, la gente tiene que luchar con serpientes, insectos, animales”, aseguró Ian Scher, presidente de la organización sudafricana Rescue SA, que participa en operaciones de socorro en Mozambique.
“Salvamos a los que podemos y los demás morirán”, advirtió Scher desde Beira, una ciudad del centro de Mozambique. “Tenemos que tomar decisiones difíciles. A veces solo se pueden salvar a dos personas de cada cinco. A veces les dejamos comida y vamos a socorrer a otras persona que está en mayor peligro”, explicó.
Beira, la segunda ciudad de Mozambique, que está “dañada o destruida al 90%”, según la Cruz Roja, seguía anoche sin electricidad e internet, cinco días después del paso del ciclón.
Las conexiones telefónicas fueron restablecidas progresivamente a pesar de que la lluvia continúa cayendo en esta ciudad de medio millón de habitantes, ahora sumergida en parte.
En Zimbabue, los habitantes enterraban a los muertos. El presidente Emmerson Mnangagwa tenía ayer planeada una visita la provincia de Manicaland (este), la más afectada por el ciclón.
Al menos 200 personas siguen desaparecidas en esta región tras el hundimiento de varios edificios. “Muchos murieron ahogados mientras que otros murieron cuando dormían a causa de piedras que destruyeron sus casas”, dijo Mnangagwa.
La organización Amnistía Internacional (AI) pidió ayer a la comunidad mundial que se movilice ante la amplitud de la catástrofe pero también ante las consecuencias del cambio climático.
“Ahora que los efectos del cambio climático se intensifican es posible que estas condiciones extremas se produzcan con más frecuencia”, advirtió AI y pidió “medidas ambiciosas para luchar contra el cambio climático”.