Pekín negó ayer que dos diplomáticos chinos intentaran entrar en una base militar estadunidense en el estado de Virginia (sureste) y presentó una queja formal ante el gobierno del presidente Donald Trump, después de que Washington les expulsara del país norteamericano por las sospechas de que estuvieran llevando a cabo actividades de espionaje.
“Las acusaciones estadunidenses son completamente falsas y por ello presentamos una queja formal. Instamos a Estados Unidos a que corrija su ofensa, cancele esta decisión y proteja adecuadamente los derechos de los diplomáticos chinos según la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”, dijo este lunes el portavoz de la Cancillería china Geng Shuang en rueda de prensa.
El gobierno estadunidense expulsó a los dos diplomáticos chinos este año tras tratar de entrar en la mencionada base militar, informó este domingo EFE/Dow Jones.
Según la información, uno de los funcionarios chinos es un agente de inteligencia que operaba bajo protección diplomática.
Los funcionarios chinos lograron adentrarse en torno a kilómetro y medio en el recinto de la base en septiembre pasado, pero fueron detenidos por personal militar, según los consultados.
El pasado octubre, Washington anunció que los diplomáticos chinos deberán informar con antelación al Departamento de Estado de cualquier reunión oficial que planeen mantener en el territorio estadunidense.
Con esa medida, el Departamento de Estado buscaba “igualar el terreno” entre las condiciones en las que desarrollan su trabajo los diplomáticos estadunidenses en China y los chinos en Estados Unidos, con el objetivo de presionar a Pekín para que otorgue más libertad a los funcionarios de EU en su territorio.
En respuesta, Pekín confirmó la imposición de restricciones a diplomáticos estadunidenses destinados en el gigante asiático.
Desde que, a principios del pasado año, EU diera comienzo a una guerra comercial con China, las relaciones entre las dos mayores economías del planeta se han deteriorado rápidamente.
Los enfrentamientos entre Washington y Pekín no se ciñen a lo comercial, sino que también abarcan una pugna tecnológica y la presencia e influencia en el ruedo internacional.
Japón, “preocupado”
Japón está “muy preocupado” por la militarización china en el Mar de China Meridional y se opone a “cualquier acto de intimidación” en la zona, según recalcó este lunes el ministro nipón de Exteriores, Toshimitsu Motegi.
En su intervención durante el 14 encuentro de ministros de Exteriores del foro ASEM (que reunió en Madrid a 51 países de la Unión Europea y Asia), Motegi insistió en la “desmilitarización de los territorios disputados” en esa zona, donde China, Vietnam, Malasia, Brunei y Taiwán se disputan la soberanía de una serie de islas e islotes.
China y Japón mantienen una vieja disputa por otras islas, las Senkaku/Diaoyu, por lo que Tokio mira con recelo lo que considera expansionismo de Pekín en otras partes de la región, con la construcción de islas artificiales con instalaciones militares en aguas consideradas internacionales.
Motegi también insistió en el peligro que suponen los “repetidos lanzamientos de misiles” por parte de Corea del Norte, que “violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y amenazan la seguridad no solo de Japón, sino de toda la región”.
Alistan búsqueda de exoplanetas
China comenzó una investigación preliminar para un programa científico que se lanzará alrededor de 2030 para buscar planetas potencialmente habitables fuera de nuestro sistema solar.
Yuan Jie, gerente general de China Aerospace Science and Technology, dijo que el programa tiene la intención de enviar naves espaciales con telescopios y otros detectores para encontrar exoplanetas habitables.