El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó el suministro de minas terrestres antipersonal a Ucrania, informó The Washington Post (TWP), citando a dos funcionarios estadunidenses.
La decisión busca reforzar las defensas ucranianas frente al avance de las tropas rusas en el este del país, aunque generó críticas por parte de grupos defensores del control de armas debido a los riesgos inherentes que estas armas representan para los civiles.
La autorización ocurre en un momento crítico para Ucrania, que enfrenta un renovado esfuerzo militar por parte de Rusia.
De acuerdo con fuentes consultadas por TWP, esta acción se enmarca dentro de una serie de medidas urgentes tomadas por la administración Biden para apoyar a Kiev, incluyendo la reciente entrega del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS), con capacidad de realizar ataques en territorio ruso.
Estos misiles ya han sido utilizados en incursiones recientes que provocaron advertencias de represalias por parte del presidente ruso, Vladimir Putin.
Aunque las minas terrestres antipersonales son objeto de controversia internacional, Ucrania ha solicitado estas armas desde el inicio de la invasión rusa hace casi tres años, argumentando que son necesarias para contener el avance de las tropas enemigas, que ya utilizan ampliamente este tipo de armamento en el frente.
Un funcionario estadunidense, bajo condición de anonimato, detalló que las minas terrestres enviadas a Ucrania son de tipo "no persistente".
Estas están diseñadas para autodestruirse o quedar inactivas tras un periodo determinado, reduciendo teóricamente los riesgos para los civiles. Además, Kiev se habría comprometido a no desplegarlas en áreas densamente pobladas, una medida destinada a mitigar el impacto humanitario.
“Rusia está atacando las líneas ucranianas en el este con oleadas de tropas, sin importar las bajas que estén sufriendo”, dijo uno de los funcionarios.
“Así que los ucranianos obviamente están sufriendo pérdidas, y más pueblos y ciudades corren el riesgo de caer. Estas minas se fabricaron específicamente para combatir exactamente esto”.
En combinación con otras municiones ya entregadas a Ucrania, estas minas buscan fortalecer las defensas ucranianas al frenar el avance enemigo y redirigir a las tropas rusas hacia zonas donde puedan ser atacadas con artillería y cohetes.
La decisión de Biden ha suscitado diversas reacciones. Grupos como Human Rights Watch criticaron duramente la medida.
Mary Wareham, subdirectora de la división de crisis y armas de la organización, señaló que incluso las minas no persistentes representan riesgos significativos, ya que no siempre se desactivan de manera confiable y complican las labores de limpieza en zonas afectadas.
Por otro lado, funcionarios ucranianos, también bajo anonimato, han expresado su apoyo a esta medida, destacando que Rusia ya utiliza minas terrestres extensivamente.
“Cuando se utilizan en conjunto con las otras municiones que ya estamos proporcionando a Ucrania, la intención es que contribuyan a una defensa más eficaz”, dijo el funcionario.
MO