Insurgentes palestinos dispararon una andanada de proyectiles a primera hora del jueves que activaron las alarmas antiaéreas en el sur de Israel, en el segundo día consecutivo de violencia en un periodo delicado por la coincidencia de varias festividades religiosas.
El incidente se produjo luego de otra noche tensa en el lugar sagrado más conflictivo de Jerusalén, la mezquita de Al-Aqsa, donde la policía israelí se enfrentó a los fieles musulmanes que trataban de pernoctar en el templo desafiando los longevos compromisos sobre la gestión del complejo. Según el Ejército israelí, desde la Franja de Gaza se lanzaron siete cohetes que explotaron en el aire. Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por el lanzamiento.
Los choques fueron menos intensos que en los días anteriores, pero los proyectiles avivaron el temor a un enfrentamiento mayor coincidiendo con el inicio de Pascua judía, que dura una semana. Además, cientos de cristianos se congregaron en la Ciudad Vieja para conmemorar la Última Cena en el Santo Sepulcro con motivo del Jueves Santo, y los musulmanes celebran el mes sagrado del islam, el ramadán.
Al-Aqsa es el tercer lugar más sagrado para los musulmanes y se ubica sobre una colina conocida por los judíos como Monte del Templo, que a su vez es el lugar más sagrado del judaísmo. Los reclamos sobre este lugar han derivado en violencia en el pasado, incluyendo la sangrienta guerra de 11 días que enfrentó a Israel y Hamas, el grupo insurgente islámico que gobierna la Franja, hace dos años.
Desde el inicio del ramadán el pasado 22 de marzo, decenas de fieles musulmanes han tratado de pasar la noche en la mezquita, una práctica que suele permitirse solo durante los 10 últimos días del mes sagrado. La policía israelí ha entrado cada noche a desalojarlos.
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