'Terminará algún día': familia mexicana resiste cuarentena por Covid-19 en Madrid

Historias de mexicanos en el extranjero ante Covid-19

En los días de cuarentena en España, uno de los países más afectados por la pandemia de Covid-19, Aurea Padilla Vera y su familia se enfrentan a los retos del aislamiento.

Aurea Padilla Vera y su familia se enfrentan a los retos del aislamiento en España, por la pandemia del coronavirus.
Carolina Rivera
Ciudad de México /

Aurea Padilla Vera, junto con su esposo y sus dos hijos, todos de nacionalidad mexicana, están por cumplir dos semanas de confinamiento absoluto en su departamento en el barrio de Aluche, en Madrid, que se ha convertido en escuela y sala de juegos, esto tras la cuarentena decretada por la pandemia del Covid-19.

A 13 años de haber llegado a Madrid por una oportunidad de trabajo que surgió en la empresa de sistemas computacionales donde laboraba, Aurea Padilla Vera tiene que poner en práctica nuevas actividades y rutinas para vencer el aburrimiento durante la cuarentena.

A pesar de que en las noticias ya escuchaba sobre el brote de un nuevo coronavirus, el hecho de que fuera en China no le permitió imaginar el impacto que esto podría tener en la vida cotidiana de su familia y mucho menos que eso les llevaría a suspender todas sus actividades.

El lunes 9 de marzo, dice, las autoridades anunciaron un cierre total de escuelas en niveles básico y superior; sin embargo, un día después, la medida se amplió hasta las universidades lo que la obligó a ser prácticamente la maestra de su hijos menor.

"Tengo dos hijos, uno de 9 y otro de 19, así que tengo que ayudarles a que realicen las tareas que les dejan de las escuelas. Con el pequeño es más fácil, pero con el mayor el tema es mucho más complicado porque estudia algo completamente diferente a lo que estudiamos yo y mi esposo", detalló.

Bitácora de una mamá en cuarentena

"Intentamos seguir el horario de un día de clases, pero es prácticamente imposible cumplirlo, y me he convertido en la maestra de mis hijos, después de todo alguien tiene que explicarles las actividades que les dejan en estos días", dice.

Aurea comenta muy orgullosa que la maestra de si hijo Santiago puede hacerle un examen de análisis morfológico de las oraciones, sobre los climas en España y en el resto del mundo, incluso del aparato reproductor.

Sin embargo, reconoce que han existido algunas dificultades por la diferencia entre la forma en que ella aprendió en México, esto en cosas tan elementales como las divisiones; por lo que tuvo que darse a la tarea de conseguir los teléfonos de dos de sus vecinas que son maestras a las que pidió ayuda a través de video llamadas.

Con su hijo Josué, el mayor, quien estudia paisajismo, la historia es un poco más compleja, ya que en muchas ocasiones no tiene claro qué es lo que le pregunta; por lo que confió en que las mejoras que hace su hijo a los proyectos que le han solicitado en estos días sean bien recibidas por sus profesores.

La convivencia durante la cuarentena no es tan fácil

Lo más difícil de todo esto, reconoce, es permanecer todos juntos en el mismo espacio, incluso cuando alguno está enojado o busca estar solo por algún tiempo.

Dice que siempre pensó que estar aislada era muy fácil o al menos eso parecía en las películas, pero ahora ha descubierto que es bastante difícil permanecer aislado de todo el mundo y sobre todo cuando se tiene un niño pequeño que quiere salir al parque o hacer algo.

Ella y su esposo apenas pueden salir 15 minutos al día, y eso es únicamente porque tienen un par de perros salchichas, que son los únicos que por ahora tienen permitido salir a la calle, pero sólo 5 minutos, tres veces al día.

Y es que aun cuando ella cree que estas medidas terminarán hasta finales de abril, y no después de Semana Santa como han dicho hasta ahora las autoridades, está agradecida de no estar sola y estar con su familia.

"Me pongo a pensar en mi madre que está en México y que está sola, y ella me dice que por lo menos yo tengo alguien con quien pelear, y es muy cierto, por ahora no veo a nadie más allá de mi casa, pero sé que esto terminará algún día", dijo.

Suspendieron su trabajo; sobreviven con sus ahorros

Junto con su esposo llevan ya varios años vendiendo pan casero mexicano; sin embargo, la contingencia los ha obligado a parar totalmente su producción y a vivir de los ahorros en lo que esto pasa.

Aurea explica que inicialmente el problema fue encontrar la materia prima para poder atender los pedidos que tenían, pero con el cierre de los comercio son esenciales, incluidos los restaurantes de comida mexicana, se quedaron prácticamente sin clientes.

La única opción era mantener los pedidos individuales, pero al no tener garantía de las medidas de seguridad que tomarían quienes les compren, y sobre todo que los pedidos serían apenas de un par de piezas decidieron suspender toda actividad.

En tanto, la familia trabaja para enfrentar el encierro que han tenido que seguir para evitar contagiarse y participan en los aplausos que cada noche ofrecen todos desde sus casas para agradecer a los médicos, policías y personas de limpieza que están en la línea atendiendo la emergencia.

AE

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