La comida está dentro de lo más identitario de un pueblo, eso bien lo sabemos en México que con su extenso menú impresiona tanto a compatriotas como a extranjeros que se enamoran de la gastronomía, pero ¿qué pasa en otros países? En las siguientes líneas comenzamos una ruta de sabor, historia y datos curiosos de los platillos más característicos de cada lugar, captando nuestra atención a Inglaterra, con su conocido fish and chips.
En español, este plato no es otra cosa que pescado y papas. Sí, no tiene un nombre que tan rimbombante ni con un legado que venga de los orígenes europeos, pero posee varias anécdotas que de seguro alguno quedará con la boca abierta y hasta le dará ganas de comer ese platillo.
¿Qué es y cómo nace el fish and chips?
Una de las primeras curiosidades que resalta de este platillo es que uno de sus ingredientes ni siquiera es originario de sus tierras: la papa, porque claro, los peces se pueden encontrar en casi cualquier lugar que tenga mar, río o incluso lago.
El fish and chips tradicionalmente es un pescado empanizado y papas a la francesa, ambos fritos y comúnmente envueltos en un papel, que puede llegar a ser metálico o encerado, aunque en alguna ocasión los cocineros llegaron a entregarlo dentro de hojas de diarios y revistas.
Según el portal History UK, se cree que la papa llegó del continente americano a tierras inglesas por Sir Walter Raleigh en el siglo XVII, aunque también se considera que posiblemente los franceses fueron los primeros en freír el tubérculo.
Los ingleses recalcan que el fish and chips surgió de ellos, aunque internamente hay diferencias, unos creen que es Londres y otros de Lancaster.
Esta cuestión radica en restaurantes, en sectores de Londres consideran que Joseph Malin, un migrante judío, fue quien abrió una tienda de pescado y papas fritas, específicamente en Cleveland Way y Bow Bells, durante la década de 1860.
Mientras que en Lancaster creen que fue un hombre, conocido como señor Lees, el que alrededor de 1863 puso un puesto en una cabaña al interior de un mercado, en Mossely, cerca de Oldham, trasladando a un puesto fijo cercano donde se puede leer: “Esta es la primera tienda de pescado y papas fritas del mundo”.
La hambre del famoso pescado con papas fritas fue expandiéndose en las ciudades inglesas, donde ya era común ver los puestos ofreciendo casi exclusivamente este plato entre los siglos XIX e inicios del XX.
¿Por qué se hizo tan popular el fish and chips en Inglaterra?
Posiblemente sea por su sabor, ambos elementos crujientes tras llevarlos al aceite, sea uno de los factores, aunque tampoco hay que descartar que se trata de un plato sumamente económico, rápido de servir y de comer para una Inglaterra que intentaba reflotar económicamente, pese a los conflictos y las crisis que han marcado históricamente al territorio británico.
Un ejemplo es la Revolución Industrial, que posiblemente tenga que agradecer la marcada presencia de este plato en los trabajadores de empresas que, para ese entonces, eran punta de modernidad y largas horas laborales, sumando a esto la expansión del pescado con papas a otros territorios ingleses gracias ante el avance en tecnologías del transporte y las maquinarias que facilitaban los niveles de calefacción.
Las familias inglesas también recurrieron a este plato en medio de los conflictos por los cuales participó el país, principalmente en la Segunda Guerra Mundial, cuando esta comida era de las pocas que no estaban en la lista de raciones, siendo considerada valiosa para la moral nacional al ser “buenos compañeros” para la población, según la famosa frase del entonces primer ministro británico, Wiston Churchill.
El fanatismo por fish and chips hizo incluso que se creara la Federación Nacional del Pescado y Papas Fritas (NFFF, por sus siglas en inglés), la cual llegó a superar los 10 mil integrantes en 1947 en ese territorio.
¿Cuánto cuesta un fish and chips?
En sitios especializados sobre viajes y turismo, como es el caso de Tuescapada y Pasaporteandonos, el valor de un fish and chips en Londres puede llegar de las 6 a 14 libras (167 a 387 pesos), promediando casi las 10 libras (277 pesos) por cada comensal, caracterizándose como un platillo económico en relación a los costos generales para otras comidas.