"Nosotros sabemos que esto es sufrimiento, pero vamos a sufrir más si perdemos nuestro estatus migratorio", dice José Palma, coordinador de la Alianza Nacional TPS, que espera afuera de la Casa Blanca junto a un grupo de aproximadamente 15 personas migrantes, quienes, resistiendo a bajas temperaturas, se mantienen en huelga de hambre desde hace siete días.
Antes de la toma de posesión del presidente electo Donald Trump, que promete estrictas políticas durante su gobierno, el actual mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, todavía puede tomar acciones para brindar protección —durante al menos 18 meses—a la comunidad que cuenta con el Estatus de Protección Temporal (TPS).
Son casi 27 años los que José Palma, de nacionalidad salvadoreña, lleva viviendo en Estados Unidos —actualmente en Houston, Texas—, tiempo en el que ha consolidado una familia con cuatro hijos, y bajo el TPS, ha accedido a beneficios como el permiso de trabajo, el seguro de salud y la licencia de conducir.
No obstante, El Salvador es el primer país que tiene vencimiento de dicho estatus para el próximo año, con fecha del 9 de marzo de 2025.
"Queremos disfrutar con nuestras familias"
Desde 1990, la ley autoriza que sea el presidente quien tome la decisión de extender o finalizar la designación de TPS, y confiando en ello, tanto Palma como sus connacionales, y personas provenientes de Ecuador, Honduras y México, buscan la respuesta de Biden antes de las fiestas decembrinas.
"Estamos aquí específicamente para decirle 'Señor presidente, vienen las temporadas de holidays; también queremos disfrutar con nuestras familias (...)
"Sabemos que se viene una tormenta muy fuerte para los próximos años, pero también entendemos que usted sigue teniendo el poder hasta el 20 de enero y queremos que tome acción lo más pronto posible para dejarnos protegidos'", afirma Palma, mientras permanece afuera de la residencia presidencial, abrigado para protegerse de las temperaturas, que, según sus propias palabras, llegan al congelamiento.
La Alianza Nacional TPS surgió durante la primera administración de Trump, cuando, bajo discursos de racismo, el entonces presidente impuso estrictas medidas contra las personas migrantes. Las acciones de cancelación contra el Estatus de Protección Temporal fueron el origen de este proyecto, resultado de la unión de quienes cuentan con dicho permiso.
La alianza se basa en el trabajo organizativo; el grupo se encarga de brindar información, ofrecer talleres, facilitar reuniones y, desde luego, asegurar que el programa continúe vigente. Asimismo, brinda oportunidades de desarrollo de liderazgo para que cada integrante pueda ser vocero y no dependa de un solo representante.
"Si nos unimos con otros compañeros podemos lograr algo (...) Nuestro enfoque es organizar y asegurar que los que tenemos TPS sigamos protegidos", añade Palma.
¿Quiénes pueden obtener TPS?
El TPS es un programa que se ofrece a los países cuando enfrentan alguna situación peligrosa, relacionada con desastres naturales o guerras civiles; también cuando la nación no puede garantizar la seguridad a sus ciudadanos para poder regresar. En el caso de El Salvador, José Palma señala que la economía, la infraestructura y la delincuencia han contribuido a la renovación del TPS.
Pero si no se restaura a la brevedad, las familias migrantes podrían verse negativamente afectadas.
"El hecho de perderlo puede impactar la vida de familias como la mía, pero también la vida de muchas miles de personas aquí en los Estados Unidos.
"Saber que el sacrificio que nuestros compañeros están haciendo de no comer para poder levantar la voz y llevar el mensaje de la necesidad de una protección migratoria ayuda mucho y es motivante", dice el migrante salvadoreño.
El grupo también cuenta con la presencia de migrantes que aunque no tienen TPS, asisten para mostrar apoyo, tal es el caso de Mario, un mexicano originario de Zacatecas que acompaña a la organización bajo la preocupación de la separación de las familias.
"Estoy poniendo mi granito de arena (...) trabajé mucho tiempo con personas que han tenido TPS y vengo apoyándolos porque no quisiera que sus familias fueran separadas, porque tienen hijos ciudadanos y van a llevarlos a un país que no conocen", dice.
Si bien se han desatado rumores sobre las consideraciones del gobierno de Biden ante esta petición, José Palma afirma que mientras no se reciba una respuesta directa, la Alianza Nacional TPS se mantendrá con estas acciones de huelga.
"Han estado diciendo que están evaluando las situaciones y que van a tomar una decisión en los próximos días, pero nosotros seguimos contando que por lo menos los salvadoreños estamos protegidos hasta el 9 de marzo, los venezolanos están protegidos hasta en abril.
"Seguimos todavía en el limbo de lo que pueda suceder en las próximas semanas", dice.
Con energía y esperanza
Regresar al país de origen no es un plan que esté considerado todavía, pues el salvadoreño se mantiene en pie de lucha ante la exigencia de una respuesta que llegue como regalo de Navidad.
Más de la mitad de su vida la ha pasado en territorio estadunidense, lo que lo motiva a continuar en la eventual toma de decisiones, las cuales, incluso, podrían llegar a medidas legales.
"Sigo teniendo esperanza de que vamos a lograr protegernos. Por lógica, siempre existen pláticas individuales familia por familia. En lo personal, todavía no he llegado al nivel de decir 'perdimos, vamos a tener que regresar' sino que estoy tratando de canalizar mi energía y mis esperanzas en luchar y cuando se llegue el momento, vamos a tomar decisiones como sea necesario", dice.
ksh