Regresan las misas a Italia; así serán a partir del 18 de mayo

El gobierno y la Conferencia Episcopal Italiana firmaron un protocolo para poder reiniciar las misas, que prevé distanciamiento y cubrebocas entre fieles y guantes para el cura durante la comunión.

El Papa ha realizado misis de forma virtual. (Reuters)
AFP
Roma /

La Iglesia católica y el gobierno italiano firmaron un acuerdo para la celebración de misas a partir del 18 de mayo, después de que hubieran sido prohibidas a inicios de marzo por la pandemia de coronavirus.

La medida llega después que el gobierno decidió flexibilizar las medidas de confinamiento, aunque ello trajo la crítica de opositores y expertos que alertaron de una segunda ola de pandemia en el país, ante el incremento gradual de reuniones.

Los creyentes podrán asistir pero con la condición de usar mascarilla, respetar las distancias y no hacer uso del agua bendita.

El acuerdo entre la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) y el Estado fue aprobado también por el comité de expertos que asesora al gobierno.

La distribución individual de la comunión, uno de los momentos de mayor acercamiento entre el cura y los fieles, será realizado sin contacto directo y recibiéndola en la mano.

Igualmente se debe omitir todo gesto físico, como el saludo de mano para el rito de la paz, abrazo o beso.

El cura deberá desinfectarse las manos, usar guantes desechables y mascarilla protectora así como respetar "una distancia de seguridad adecuada".

Las filas dentro de la iglesia durante la celebración se consideran "inapropiadas" y las donaciones se deberán dejar en cajas colocadas en la entrada del lugar de culto.

En cuanto a las confesiones, deben realizarse en lugares "amplios y aireados" que permitan el respeto del distanciamiento y de la confidencialidad.

Tanto el confesor como el confesado deben llevar mascarillas. Además de exigir la limpieza de las instalaciones después de cada celebración, los oficiantes deben ser poco numerosos y mantener la distancia.

Se autorizó la presencia de un organista, mientras que los coros siguen prohibidos. Cada iglesia debe definir y exhibir a la entrada su capacidad máxima de recepción, teniendo en cuenta el respeto de la distancia social de un metro entre los participantes.

A través de carteles se debe recordar que está prohibido ingresar en caso de fiebre, gripe o síntomas respiratorios, o el contacto reciente con una persona que haya resultado positiva al coronavirus.

Los voluntarios o colaboradores garantizarán el acceso ordenado a las iglesias, lo que se deberá hacer en forma individual, con mascarilla y a 1.5 metros de distancia de otros fieles, evitando las reuniones.

Las puertas deberán permanecer abiertas para evitar que el público las toque y se debe disponer de gel desinfectante.

Desde el lunes, Italia entró en la llamada fase 2 para empezar a salir gradualmente del confinamiento, durante el cual no figuraban las actividades religiosas.

La decisión del gobierno de autorizar la apertura de fábricas, tiendas y museos y mantener la prohibición de celebrar misas por los riesgos "inevitables" de las manifestaciones masivas, suscitó la cólera de la Iglesia católica.

Pese a la dura reacción de la Conferencia Episcopal Italiana, el primer ministro Giuseppe Conte, católico practicante y con relaciones privilegiadas con el Vaticano, contó con el apoyo abierto del papa Francisco, el cual invitó a las partes a la prudencia y a negociar una salida.

jamj

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