La Cámara Nacional de la Industria Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) demandó a la autoridades estatales y municipales “equidad” en cuanto a la aplicación de decretos y horarios para la operación de establecimientos.
Olga Méndez Juárez, representante del sector restaurantero en el estado, consideró preocupante que se limite la operación de negocios que invierten en protocolos sanitarios para minimizar riesgos de contagios de covid-19 y se deje laborar a comercios ambulantes de comida durante gran parte de la noche y madrugada, sin que la mayoría haga uso de cubrebocas, aplique medidas de sana distancia, ni lavado de manos y expongan alimentos a la intemperie.
Expuso que el reciente decreto estatal que obliga a los establecimientos a cerrar a las 21:00 horas de lunes a sábado, con restricción de venta de bebidas alcohólicas, repercutirá en los ingresos de esta industria que esperaba recuperar consumo en la temporada decembrina.
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La empresaria resaltó que a pesar de las bajas ventas que registra esta industria, los establecimientos formales destinan entre tres mil a 15 mil pesos mensuales en medidas para cumplir con los protocolos que exigen las autoridades de salud para minimizar riesgos de contagios del virus, mientras que comercios informales de alimentos laboran con horarios extendidos y sin revisiones.
“Vemos una incongruencia porque para el comercio informal no hay horarios. Nosotros estamos cerrando a las nueve de la noche y vemos que, en muchos lados, hay taquerías, muchos puestos de comida en la calle con horarios hasta la una de la mañana sin ninguna medida preventiva y ellos pueden seguir operando”.
Destacó que el corredor gastronómico del Centro Histórico de la capital poblana, donde operan más de 200 restaurantes, es el más afectado por la presencia de comercios ambulantes, con ventas de 20 por ciento con relación a lo que alcanzaban en años previos.
Desde el inicio de la pandemia, Méndez Juárez aseguró que los mil 100 establecimientos agremiados a la Canirac se apegaron a medidas sanitarias sin que hasta el momento reporten contagios del virus entre los trabajadores y consumidores.
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El organismo lanzó la campaña “En un restaurante formal, yo no me contagio” con el objetivo de generar confianza entre los consumidores, además que mantienen capacitación del personal en cuanto a medidas para no dejar de operar.
“Los restaurantes están preparados y están seguros. Hay estadísticas que nos demuestran que no ha habido contagios dentro de la empresa. Y es por eso nuestra inconformidad, porque se nos trata de alguna forma de cerrar cada vez y lo único que ocasionan esas decisiones es que cada vez veamos a más gente de ambulante a las calles”.
Consideró que la falta de coordinación entre autoridades afecta la operación del sector productivo que ha visto reducir sus ventas en un 40 por ciento y afecta fuentes de empleo.
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