Tras la disminución de la actividad económica a raíz del confinamiento y otros efectos que el covid-19 ha causado y continuará ocasionando en el empleo y en los ingresos, se espera que las tasas de pobreza se incrementen durante 2020, afirmó el economista Jorge Garza Rodríguez.
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En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, a celebrarse este 17 de octubre, el profesor de la escuela de negocios de la Universidad de Monterrey señaló que la pandemia ha tenido efectos devastadores en las economías del mundo, lo que ha impactado en el país y en el estado.
Garza Rodríguez recordó que, en mayo pasado, el Coneval realizó varias estimaciones de los efectos de la caída de la actividad económica en la pobreza (medida por ingresos), pero lo hizo con el supuesto de que el ingreso per cápita se reduciría solamente 5.0 por ciento, pero, en su opinión, ese supuesto se quedó muy corto en comparación con los pronósticos de la mayor parte de los analistas.
El también miembro del Sistema Nacional de Investigadores indicó que BBVA estimó que la tasa de pobreza aumentará 13.1 puntos porcentuales –usando la misma metodología que el Coneval utilizó para sus análisis, pero suponiendo que el PIB caerá 12 por ciento–, con lo que se proyecta que la pobreza alcanzará al 61.9 por ciento de la población mexicana, mientras que la tasa de pobreza extrema casi se duplicaría, afectando al 31.2 por ciento de la población del país.
“Estos aumentos implicarían que el número de personas en situación de pobreza se incrementaría en más de 16 millones, mientras que el número de personas que padecen pobreza extrema se incrementaría en 18 millones”, estableció.
El profesor universitario destacó que, incluso en un escenario menos pesimista, en el que el PIB se reduzca solo 7.0 por ciento –también elaborado por BBVA–, conduciría a fuertes incrementos en la pobreza, que se situaría en una tasa de 58 por ciento, nivel no observado desde 1998, en que alcanzó al 64 por ciento de la población.
“Para poner estas cifras en una perspectiva histórica, cabe mencionar que, desde hace más de dos décadas, desde 1998, el país no registraba niveles de pobreza tan elevados, lo que, por supuesto, constituirá un enorme retroceso en la lucha contra este flagelo”, aseveró.
Garza Rodríguez comentó que, si bien, desafortunadamente ni el Coneval ni BBVA realizaron estimaciones de los efectos de covid-19 a nivel estatal, es posible inferir en términos generales que el impacto de la enfermedad sobre los niveles de pobreza será también muy fuerte, debido a que se espera que el PIB de la entidad sufra una fuerte caída.
La estimación del CIE mencionada antes prevé que el PIB de Nuevo León caiga 9.5 por ciento, lo que podría provocar que la pobreza en el estado se incremente en alrededor de 12 puntos porcentuales, haciendo que la tasa de pobreza aumente hasta llegar a casi un tercio (32.8 por ciento) de la población del estado, superando los índices de pobreza desde que se lleva registro a nivel estatal (desde 2008) por el Coneval.
“Cabe señalar que la tasa más alta que se ha observado en el estado en esta serie se registró en 2012, cuando ascendió a 31.7 por ciento de la población; este fuerte incremento significará que el número de personas en situación de pobreza en el estado se eleve en más de 600 mil personas, aumento que además se registraría en un solo año, con las graves consecuencias económicas y sociales que esto implicará para el estado”, subrayó.
El investigador reconoció que, sin duda, Nuevo León vivirá una situación con pocos precedentes similares, que hará retroceder los avances logrados en el estado en los últimos años, después de que la tasa de pobreza se había reducido entre 2012 y 2018 en casi 11 puntos porcentuales, al pasar de 32 % a 21 % en ese período.
“Como resultado de los efectos económicos de la pandemia, este avance se eliminaría por completo”, apuntó.