Previo a la declaratoria de emergencia sanitaria por el coronavirus en marzo, las empresas de la industria fitness y wellness comenzaron a anunciar una a una los cierres de sus unidades, como medida preventiva a la propagación del virus.
En este contexto en el que la actividad productiva y económica frenó sus actividades para dar paso a un confinamiento que ayudaría a mantener la capacidad hospitalaria en niveles óptimos para la atención, surgió la Asociación Mexicana de Gimnasios y Clubes (Amegyc) que resultó un actor relevante en la relación gobierno-industria y ha tenido un papel destacado ante la pandemia.
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Rodrigo Chávez, presidente de la Amegyc, platicó en entrevista con MILENIO: “Me di cuenta de que el ejercicio necesitaba reunir a todos los jugadores; tenemos ejemplos como la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad), donde se conglomeran todas las cadenas de retail y nosotros no teníamos algo que nos representara, entonces la Amegyc viene a ser el ente que nos pone a todos juntos y que nos va a ayudar a hacer profesional el ejercicio y a que el gobierno nos separe del entretenimiento porque nosotros somos parte de la salud”.
El representante del sector estudió ingeniería civil en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); realizó una maestría en el IPADE Business School y luego de trabajar por un tiempo en una compañía familiar del sector químico, incursionó en la industria fitness como franquiciatario maestro para la cadena Anytime Fitness en el país.
“El ejercicio en México hace mucha falta en cuanto a su desarrollo; existe una penetración de 3 por ciento, lo cual es muy triste; en países como Argentina y Brasil es entre 5 y 6 por ciento. No crecía porque teníamos mucho egoísmo por parte de los operadores de las cadenas, no hablábamos entre nosotros”, afirmó Chávez.
Expuso que los jugadores del sector ya habían tenido algunos intentos de reunirse, pero no encontraron un punto en común; fue a raíz de la pandemia cuando los representantes se vieron en la necesidad de plantear proyectos en conjunto. En los primeros meses de la emergencia sanitaria, el trabajo giró en torno a entender de qué manera estaban laborando sectores como el hospitalario para establecer protocolos de trabajo y crear una agenda con el gobierno frente a la crisis.
“Hicimos algo que nunca habíamos hecho: hablar con el gobierno. No sabíamos ni con quién hacerlo; eso nos costó mucho trabajo. Cuando pensamos que ya teníamos una resolución, vino una nueva disposición para hacerlo de manera estatal”, detalló.
Foto: Javier Ríos
En este esfuerzo los empresarios se encontraron con que su industria estaba considerada parte del sector de entretenimiento, por lo cual no estaban dentro de las prioridades y su apertura se daría hacia el final de la reactivación económica.
“Buscábamos explicar que no somos entretenimiento sino salud y que ni siquiera deberíamos estar cerrados. Tenemos una plantilla de más de 140 mil empleados en el país. Abrimos plataformas digitales y seguimos insistiendo hasta que comenzaron a escucharnos. Al final logramos tocar las puertas correctas y hoy podemos decir que en todos los estados tenemos una excelente relación”, indicó Chávez.
Desde marzo, la rutina de Rodrigo cambió. Después de hacer ejercicio a las 6:30 de la mañana, lo que sigue es empezar a contestar los chats internos de la asociación y monitorear lo que sucede en cada entidad.
Ha dejado su propio negocio en manos bajo una dirección interna para poder dedicarse durante dos años a la gestión del organismo. Todos los días el empresario tiene un plan preparado con llamadas con instancias como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), secretarías de Desarrollo Económico locales, la Secretaría de Salud, entre otros. Adicional a ello, cada una o dos semanas tienen reuniones con el gobierno sobre el contexto actual.
Foto: Javier Ríos
El director de la Amegyc relató: “Tenemos que hacer un trabajo de preparación, recabamos información; hablamos con los agremiados y presentamos un caso documentado de lo que se puede hacer. Lo primero que hacemos es que presentamos nuestra preocupación por la parte de salud, el porqué necesitamos permanecer abiertos y a cuánto ascienden nuestras pérdidas. Nos costó trabajo, pero ahora los gobiernos son mucho más sensibles de los que les decimos y al menos están abiertos a sugerencias”.
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Antes de la pandemia en México existían cerca de 12 mil 500 gimnasios; hoy la cifra asciende a cerca de 10 mil unidades y dentro de la Amegyc están inscritas cerca de 2 mil.
El presidente del organismo reconoció que entre sus grandes retos está el lograr que los demás jugadores del sector se sumen.
“Sentí que había que hacer algo y que yo era la persona que debía unir a las personas que estaban alrededor mío. Ya tenía esta intención de reunirlos, quiero ser un empresario que pueda ayudar a las personas de mi mismo gremio y profesionalizar a las personas para que crezca y demos más salud y que existan más gimnasios de muchas marcas. Tengo 52 años, es el momento de empezar a trascender y hacer cosas socialmente responsables”, finalizó el empresario.
lvm