Los fans de Call of Duty son gamers empedernidos, aunque sus cicatrices de batalla solamente sean virtuales. Muchos juegan el videojuego de Activision Blizzard durante más de 10 horas al día en la consola PlayStation. El elevado gasto dentro del juego que realizaron los cerca de 100 millones de jugadores activos en 2022 convirtieron a este exitoso título en uno de los juegos más rentables de la historia.
Por lo tanto, no es de extrañar que las acciones del grupo Sony, fabricante de la PlayStation, se desplomaran después de que un tribunal federal de Estados Unidos fallara a favor de la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, valorada en 69 mil mdd.
El juez dijo que la combinación no va a perjudicar a la competencia en el sector de los videojuegos. Esto obligó al regulador de la competencia del Reino Unido a dar marcha atrás. La Autoridad de Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA, por sus siglas en inglés) dependía del fuego de cobertura de la Comisión Federal de Comercio de EU (FTC, por sus siglas en inglés). Ahora dice que podría reconsiderar su oposición al acuerdo.
La señal de alarma en Sony es comprensible al tener en cuenta las enormes ventas y la lealtad de los usuarios que genera el videojuego. Se calcula que los jugadores de Call of Duty gastaron en promedio 16 mil mdd al año en los tres años hasta 2021.
Para lograr que el proceso de adquisición se lleve a cabo sin contratiempos, Microsoft firmó a principios de año un contrato vinculante de 10 años para llevar la franquicia Call of Duty y otros títulos de Xbox a las consolas de Nintendo.
Para muchos gamers, Call of Duty es la única razón para comprar la PlayStation. Se calcula que un millón de propietarios de la consola solamente la utilizan para jugar a este videojuego. Si Microsoft hace que Call of Duty sea gratuito en su servicio Xbox Game Pass, sería inevitable que Sony pierda ventas de consolas. Las consolas Switch de Nintendo y Xbox de Microsoft son los principales competidores de la PlayStation de Sony en el negocio de videojuegos.
Las acciones de la compañía bajaron más de un décimo en el último mes. A 17 veces las ganancias futuras, están operando aproximadamente a la mitad de sus niveles de hace tres años.
El grupo japonés ya espera que sus utilidades se reduzcan en el año fiscal en curso debido al menor rendimiento de su negocio de servicios financieros. El golpe a las ventas de la división de videojuegos de Sony, la que más aporta a los ingresos del grupo, contrarrestaría las ganancias de sus negocios de música y películas. Las perspectivas de utilidades se debilitarían aún más.
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