La agenda ESG (gobierno ambiental, social y corporativo) “es el demonio encarnado”, escribió Elon Musk en Twitter este mes. El director ejecutivo de Tesla y SpaceX tiene motivos obvios para sentirse incómodo con la agenda ESG. Si bien Tesla puede presumir credenciales ambientales excepcionales, después de poner en marcha la industria global de autos eléctricos, su historial social y de gobernanza es más problemático.
Se produjeron graves acusaciones y demandas por acoso sexual y racial en Tesla, algo que la compañía negó rotundamente. En cuanto a la gobernanza, Musk en repetidas ocasiones se ha encontrado en apuros con la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por sus siglas en inglés), sobre todo a raíz de su afirmación de que había asegurado financiamiento para convertir a Tesla en una empresa privada, después de lo cual tuvo que renunciar a la presidencia de la compañía (Musk reanudó su disputa con la SEC la semana pasada, llamándolos “esos bastardos”) .
Pero independientemente de que le guste o no a Musk, los temas ESG se vuelven cada vez más importantes para las grandes decisiones de los inversores, entre ellos los accionistas de Twitter, compañía que trata de comprar por 43 mil millones de dólares (mdd). Como explicamos a continuación, la oferta plantea algunas cuestiones bastante difíciles. También hoy, analizamos por qué Corea del Sur posiblemente esté superando a sus pares del Este Asiático en innovación ecológica, al menos de acuerdo con una medida.
Los accionistas de Twitter deberían considerar el impacto social de una adquisición por parte de Musk. “Nos obsesionamos con un hombre y sus caprichos”, tuiteó la semana pasada la ex profesora de Harvard Shoshana Zuboff, “porque todavía no tenemos el estado de derecho democrático necesario para regir nuestros espacios de información”. En el convincente libro de Zuboff de 2019, The Age of Surveillance Capital (La era del capital de la vigilancia), nos advertía que la infraestructura esencial de nuestra economía digital estaba dominada, con efectos peligrosos, por un minúsculo cuadro de multimillonarios del sector de tecnología que no rinden cuentas. Ahora, advertía, el problema va a pasar a otro nivel, después de que el hombre más rico del mundo lanzó una oferta por la misma plataforma en la que ella lo publicó: Twitter.
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Con unos 200 millones de usuarios diarios, Twitter está lejos de ser la plataforma de redes sociales más utilizada. (Los usuarios de Facebook suman casi 10 veces esa cifra.) Pero Twitter desempeña un papel único en el discurso público, el tener en cuenta el uso entusiasta que le dan muchos de los políticos, académicos y periodistas más influyentes. Y ha desempeñado un papel destacado en la configuración del controvertido debate sobre los límites de la expresión en línea. La decisión de Twitter de prohibir el acceso a Donald Trump, después de la invasión del Capitolio el año pasado, rápidamente fue emulada por Facebook, YouTube y otros.
Esa prohibición tal vez no hubiera sucedido si Elon Musk hubiera estado al mando. La principal motivación de su oferta de 43 mil millones de dólares (mdd), según él, es hacer de Twitter “la plataforma para la libertad de expresión en todo el mundo”. Musk considera que la compañía no puede “servir a este imperativo social en su forma actual”, por lo que “debe transformarse en una empresa privada”. No ha dado muchos detalles sobre la forma que tomaría esta transformación, pero en una larga conversación con el fundador de TED, Chris Anderson, la semana pasada, Musk dejó en claro que implicaría un enfoque más moderado a la hora de eliminar publicaciones y bloquear usuarios.
No es difícil encontrar defectos en el manejo que da Twitter a las publicaciones controvertidas. En plena campaña presidencial estadunidense de 2020, bloqueó a los usuarios, inicialmente sin explicación, para que no compartieran un artículo del New York Post sobre el hijo de Joe Biden, Hunter, una medida “inaceptable”, según admitió el entonces director ejecutivo Jack Dorsey.
Pero Musk todavía no aporta ningún argumento sustancial de por qué su propiedad privada de Twitter sería más propicia para la libertad de expresión que su actual forma de compañía que cotiza en bolsa. Por supuesto, le daría más margen para imponer su visión personal de lo que debería suponer la libertad de expresión. Pero esa visión, por decirlo suavemente, tal vez no es compartida por todos los demás.
La libertad de expresión es un concepto controvertido, y cada vez más en la era de las redes sociales. En consonancia con el espíritu del filósofo Isaiah Berlin (“la libertad total para los lobos es la muerte para los corderos”), muchos usuarios de internet destacan la importancia de la libertad para evitar los maltratos, así como la libertad para expresarse. Inclinar demasiado la balanza en uno u otro sentido puede ser un mal servicio para la sociedad. Es un problema desesperadamente difícil de resolver, por lo que no tiene sentido concentrar la responsabilidad de abordarlo en una sola persona. Sobre todo, se podría argumentar, en una persona que utilizó su cuenta de Twitter para afirmar, sin fundamento, que un desconocido era un “pedófilo”.
Los lectores tendrán sus propias opiniones sobre la opinión de Zuboff de que necesitamos nuevas leyes y regulaciones de gran alcance en el ámbito de la información digital. Por el momento, mientras los gigantes de las redes sociales discuten a fondo su enfoque de la moderación de contenidos, parece vital que esas deliberaciones se produzcan con la mayor transparencia posible.
Musk, por supuesto, dijo que una mayor transparencia es precisamente lo que quiere lograr, especialmente compartiendo públicamente el algoritmo que Twitter utiliza para decidir qué publicaciones ven los usuarios. Sin embargo, esa medida podría crear un riesgo de abuso y manipulación por parte de malos actores. E incluso sin esas preocupaciones, cualquier impacto positivo se vería empequeñecido por la perjudicial pérdida de escrutinio por parte de los accionistas y los reguladores de valores si la compañía se vuelve privada.
Como dijo Musk la semana pasada con comentarios burlones sobre Mark Zuckerberg, Twitter se distingue de Meta, el propietario de Facebook, y de Alphabet, la matriz de Google —con sus estructuras de acciones de doble clase y privilegiadas por los fundadores— por ser sustancialmente responsable ante los inversores externos. A los demás accionistas de Twitter —encabezados por Vanguard, Morgan Stanley y BlackRock— el consejo de administración de Twitter les advirtió sobre la oferta de Musk, al decir que infravalora la compañía. Pero deberían considerar las implicaciones sociales más amplias de la oferta, además de su monto.
Un vistazo a las tablas de clasificación de la innovación ecológica: Si te pidieran que nombraras al principal innovador ecológico de Asia, ¿qué país elegirías?
Podrías pensar en China o Japón por su visibilidad en los medios, pero estarías equivocado, de acuerdo con el informe Green Future Index 2022 de MIT Technology Review Insights.
El nuevo informe ubica a Corea del Sur como la primera nación asiática para un futuro sustentable, ya que el país “lidera el mundo en patentes verdes” en relación con el tamaño de su economía. Según el informe, Corea del Sur ocupa el octavo lugar en cuanto a innovación limpia a escala mundial.
China y Japón obtuvieron más patentes de tecnología ambiental durante el periodo 2016-2020 que Corea del Sur: más de 39 mil y 16 mil respectivamente, en comparación con las 11 mil 500 de Corea del Sur, de acuerdo con el equipo que trabajó en el informe. Pero la economía de Corea del Sur es mucho más pequeña que la de China y Japón.
“La creación de patentes verdes de Corea en relación con el PIB del país, es por mucho la economía de innovación verde más productiva del mundo”, dijo Nicola Crepaldi, director de la investigación.
En otras palabras Corea del Sur produjo 700 patentes por cada mil millones de dólares de PIB, mientras que Japón produjo 340, China 267 y Estados Unidos solamente 68, dijo Ross O’Brien, editor principal del informe.
Corea del Sur también se ubicó a la cabeza en la categoría de “sociedad verde”, en la que una alta calificación significa que la comunidad adopta la sustentabilidad a través de acciones como hacer ecológicos los edificios, el reciclaje y el consumo de menos carne y productos lácteos. A ellos les siguió Singapur, Irlanda y Alemania.
Por ejemplo, este país (conocido por ser la mayor economía de café de Asia) va a introducir en junio el primer sistema de devolución obligatoria de los vasos de café desechables para reducir los residuos.
Corea del Sur, aunque todavía está ligada en gran medida a una industria pesada con intensas emisiones de carbono, tiene una creciente energía social en torno a la vida verde y existe un intenso esfuerzo para invertir en energías renovables, dijo O’Brien.
“Hay muchas razones para imaginar que Corea seguirá siendo una economía líder en tecnología verde en el futuro”, añadió.
Gráfica del día
Si eres un profesional de la sustentabilidad que te preguntas en dónde se ubica tu salario en comparación con el de tus colegas, el último informe sobre el estado de la profesión de GreenBiz puede ser de interés. La encuesta incluyó las respuestas de mil 463 profesionales del sector, de los cuales 81 por ciento se encontraba en EU y la mayoría disfrutaba de sueldos base de más de seis cifras. Los niveles salariales más altos se registraron entre los profesionales de la sustentabilidad del sector tecnológico.
Smart Read
La Unión Europea estableció el ambicioso objetivo de reducir sus importaciones de gas de Rusia. Pero, ¿cómo tratará de cumplir este objetivo, y será posible?