La moneda oficial de Japón superó un tipo de cambio de 150 yenes por dólar estadunidense por primera vez en más de tres décadas, mientras los inversionistas se mantienen en alerta ante una nueva intervención de las autoridades para apuntalar la divisa.
El yen cayó 0.1 por ciento, hasta 150.08 yenes por dólar, lo que llevó a la moneda japonesa a su nivel más bajo desde agosto de 1990.
La última caída se produjo cuando el Banco de Japón anunció el lanzamiento de una operación de emergencia de compra de bonos, ofreciendo la compra de 250 mil millones de yenes (mil 700 millones de dólares) de deuda del gobierno, con el fin de reducir los rendimientos, aunque las tasas de interés a largo plazo suban en todo el mundo.
A pesar de una intervención de 20 mil millones de dólares en septiembre, el yen perdió más de 23 por ciento de su valor frente al dólar en lo que va de año, debido a la creciente brecha entre la política monetaria ultralaxa del Banco de Japón y el endurecimiento de la mayoría de los demás grandes organismos centrales.
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Los operadores especularon con que las autoridades intervinieron de manera sutil para fortalecer el yen, pero no se anunció ninguna intervención después de la acción de septiembre.
Los comentarios del gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, el mes pasado, en los que señalaba que las tasas de interés se mantendrán bajos, contribuyeron a que la divisa superara el nivel de 145.90 yenes por dólar y provocaron la primera intervención de las autoridades japonesas desde 1998.
Con 1.2 billones de dólares en reservas de divisas a finales de septiembre, Japón puede llevar a cabo intervenciones adicionales, pero los analistas advierten de que ese tipo de acciones no serán eficaces para frenar la depreciación mientras el diferencial de las tasas de interés entre la nación asiática y el resto del mundo siga aumentando.
“Si observas el diferencial de las tasas de interés entre EU y Japón, el yen podría cotizarse a 155 yenes (por dólar), pero lo importante para las autoridades es desacelerar el ritmo de la depreciación para que se mantenga en torno a los 150 yenes”, dijo Kenta Tadaide, estratega de divisas de Daiwa Securities.
Agregó que el gobierno necesita ganar tiempo hasta principios del próximo año, cuando se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos deje de subir las tasas.
A pesar del incremento de los precios de los alimentos y la energía de importación, la inflación en Japón se mantiene relativamente leve en comparación con la de Estados Unidos y Europa. Se proyecta que la subyacente haya alcanzado 3 por ciento en septiembre, de acuerdo con los datos que se publicarán el viernes, frente al 2.8 por ciento de agosto; sin embargo, el banco central argumenta que la tasa se reducirá a menos de 2 por ciento el próximo año.