La economía de EU se contrajo en el primer trimestre a su tasa más rápida desde la crisis financiera de 2008, con lo que se pone fin a la expansión más grande en registro ya que los cierres de emergencia que tienen el objetivo de frenar la pandemia de coronavirus sofocaron la actividad económica.
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El producto interno bruto, o el valor de todos los bienes y servicios producidos por la economía, se contrajo a una tasa anualizada de 4.8 por ciento en los primeros tres meses del año, de acuerdo con una estimación preliminar de la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) que se publicó el miércoles. Esto marca la caída más pronunciada desde la contracción de 8.4 por ciento a finales de 2008 y se compara con los pronósticos de los economistas de una caída menor de 4 por ciento en la producción.
En una declaración poco habitual, la BEA atribuyó el daño económico a las órdenes de “quedarse en casa” emitidas en marzo, las cuales “llevaron a cambios rápidos en la demanda, a medida que las empresas y las escuelas cambiaban para trabajar de forma remota o cancelaban las operaciones, y los consumidores cancelaron, restringieron o reorientaron sus gastos”.
El golpe para el consumidor estadunidense, el mayor motor de crecimiento económico de EU, fue evidente en una caída de 7.6 por ciento en el consumo personal, que marcó el mayor descenso desde 1980.
“Los consumidores se ajustaron muy rápidamente a medida que entraron en vigor los confinamientos” aseguró Michelle Meyer, la responsable de investigación económica de EU en Bank of America, y señaló las pronunciadas caídas en el gasto en restaurantes y viajes. “Después de esta conmoción por el Covid, la tendencia será acumular ahorros y también habrá un cambio en cómo gastan las personas y cómo vive la gente”.
En contra de la lógica, la atención de salud fue uno de los sectores que más arrastró a la economía, los hospitales dejaron de desempeñar procedimientos lucrativos y opcionales con el fin de centrarse en el tratamiento de los pacientes con coronavirus.
Nan Whaley, alcaldesa de Dayton, recientemente aseguró al Financial Times que los hospitales de Ohio dieron licencia sin remuneración a 40 por ciento de su plantilla laboral y que no llevaban a cabo cirugías opcionales y no había suficiente equipo de protección para hacer frente a los casos que no involucran Covid-19.
Paul Ashworth, economista de Capital Economics, destacó que la atención de salud representó 40 por ciento de la caída del consumo. El transporte, la recreación, y servicios de alimentos y hospedaje también experimentaron fuertes descensos.
La inversión empresarial, que ya estaba deprimida debido a la guerra comercial entre EU y China el año pasado, cayó aún más por cuarto trimestre consecutivo, con lo que se registró el descenso más marcado en 11 años.
Si bien la cifra del PIB del primer trimestre fue apuntalada por una fuerte economía en marcha antes del brote generalizado del Covid-19, la magnitud del colapso que provocó la pandemia se hará evidente cuando se publiquen los datos del segundo trimestre, ya que los cierres de emergencia empezaron en serio a mediados de marzo.
Algunos economistas pronostican que la economía se podría contraer de 30 a 40 por ciento en el trimestre actual. Kevin Hassett, uno de los principales asesores económicos de la Casa Blanca, dijo el martes que el PIB en el segundo trimestre será “un gran número negativo”. Estimó que el desempleo puede subir hasta 20 por ciento en junio.
El alcance de la catástrofe económica se reforzó la semana pasada cuando el departamento del trabajo de EU dijo que 26 millones de estadunidenses presentaron solicitudes para el seguro de desempleo en las últimas cinco semanas. La próxima semana se publicarán las cifras para abril, que se espera muestren un gran aumento.
“El próximo viernes casi sin duda se informará sobre el empleo que romperá récords en términos del número de puestos destruidos y el aumento del desempleo”, destacó Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan Chase. “Gran parte de eso se va a revertir cuando finalice el confinamiento, pero no todo. Veremos tasas de desempleo persistentemente altas en muchos trimestres por venir”.
El Congreso aprobó aproximadamente 3 billones de dólares en gastos de estímulo en los últimos dos meses para hacer frente al impacto económico de la pandemia, con medidas que van desde pagos a particulares por “impacto económico”, hasta 659 mil millones de dólares (mdd) para préstamos a pequeñas empresas.
Los demócratas y los republicanos también iniciaron negociaciones informales sobre otro gran paquete de estímulo como continuación de la Ley de Cuidados con el récord de 2.2 billones de dólares que se aprobó a fines de marzo.
Nancy Pelosi, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, sugirió el lunes que podría apoyar un “ingreso básico universal”, en reconocimiento del impacto dramático y sostenido que la crisis está teniendo en los estadunidenses.
Los estados pidieron al Congreso y a la administración proporcionar más fondos, en parte para enfrentar las consecuencias inmediatas de la crisis, pero también para compensar la escasez de ingresos a medida que se desploman los ingresos fiscales con la implosión de la economía.
CLAVES
SOLICITUDES
Las ciudades pidieron 250 mil mdd para que les ayudaran a financiar todo tipo de cosas, desde los salarios del gobierno municipal hasta la recolección de basura.
MEDIDAS
La Fed puso en marcha medidas como la reducción de las tasas de interés, compra de activos, ampliación de líneas de crédito entre otros, que superaron los esfuerzos durante la crisis financiera de 2008.
ESTIMADO
Especialistas estiman que la velocidad a la que la economía finalmente se recupere tendrá implicaciones para la contienda presidencial de 2020 y las posibilidades de reelección de Donald Trump.
MAL PRONÓSTICO
A diferencia de lo que estima el gobierno, los economistas advierten que no se puede esperar una recuperación económica en forma de V.
OPINIÓN
“El legado de la crisis y el potencial de cambios estructurales a largo plazo significan, en el mejor de los casos, que actualmente creemos que la pérdida de producción en el primer y segundo trimestre no se recuperará por completo hasta finales de 2022”, dijo James Knightley, economista de ING.