¿Kamala Harris logrará el equilibrio en materia de política exterior?

La demócrata debe andar con pies de plomo y mostrarse más expresiva sobre la Bidenomía en cuestiones como la concentración de poder en empresas y países para atraer votos de la clase trabajadora

Kamala, sin duda, mantendrá el apoyo para la OTAN. REUTERS
Rana Foroohar
Nueva York /

Hola, lectores de Swamp Notes. Gideon Rachman, el principal comentarista de asuntos exteriores de Financial Times, es mi interlocutor de hoy, así que voy a aprovechar la oportunidad para hablar sobre Kamala Harris y la política exterior.

Harris y Joe Biden han estado en sintonía en la mayoría de los aspectos de los asuntos exteriores, con la excepción de Gaza. Harris pidió un alto el fuego inmediato ya en marzo, rompiendo con el presidente de una manera que creo que la beneficiará durante las elecciones de noviembre. Los jóvenes en los campus universitarios llevan meses protestando contra la política estadunidense en torno a Gaza, y muchos de ellos se sienten más entusiasmados y comprometidos al tener una candidata que está en la misma página que ellos cuando en lo que se refiere a la guerra de Israel. Así que esto es un punto para Harris.

A diferencia del candidato republicano a la vicepresidencia, J. D. Vance, quien quiere retirar el apoyo a Ucrania —ya que Estados Unidos aparentemente no tiene suficientes balas para ayudar a defender tanto a Europa como a Asia de la autocracia— Harris, sin duda, mantendrá el apoyo de EU en la región. También respaldará a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), otro factor diferenciador entre las campañas de Harris y Trump. Hasta aquí, todo bien.

Donde las cosas se complican para ella es en el área de la geoeconomía y la relación entre Estados Unidos y China. Como me dijo un miembro de la Casa Blanca la semana pasada: “Ella es una fiscal, no una persona de economía. No se sienta por la noche a leer sobre el orden mundial posneoliberal”. Entonces, ¿dónde se posicionará Kamala Harris en relación con el planteamiento populista del propio Joe Biden en ese frente?

Empecemos con los aranceles y el comercio. Por un lado, como senadora de California se negó a apoyar un TLCAN renegociado porque no hacía lo suficiente por el clima. Por otro lado, ha sido crítica de los planes de aranceles de la administración de Donald Trump y dice: “No soy una demócrata proteccionista”. Las personas con las que he hablado en los círculos de política comercial en Estados Unidos se encuentran en modo de espera respecto a cómo será el enfoque de Harris en cuestiones como el dumping chino o los nuevos acuerdos comerciales.

Si bien el ser un poco un enigma tiene sus ventajas políticas, también la pone en riesgo con los progresistas de izquierda laboral y los trabajadores en estados industriales como Míchigan, Wisconsin y Pensilvania, que es donde se van a ganar o perder las elecciones. Quieren ver un mensaje claro, a favor de los aranceles y la reindustrialización. Sí, la mayoría de los sindicatos (con las notables excepciones, hasta ahora, del United Auto Workers y los Teamsters) la han respaldado, pero los respaldos no son votos.

He escuchado a muchos miembros progresistas decir que quieren que Kamala Harris sea mucho más expresiva respecto al enfoque de la Bidenomía en cuestiones como la concentración de poder, ya sea en empresas (como las plataformas de las grandes compañías de tecnología) o países (como China). “Enfrentar a los poderes corporativos que reducen los salarios, trasladan empleos al extranjero, especulan con los precios de los medicamentos con receta, contaminan nuestro aire y agua y privatizan los servicios públicos es una de las mejores maneras de atraer a los votantes de la clase trabajadora, en particular a los que no tienen títulos universitarios”, señala Nikhil Goyal, delegado de Harris en Vermont y ex asesor principal de políticas del senador Bernie Sanders.

Harris tiene que ponerse al frente en este tema, sobre todo porque varios de sus partidarios ricos (como el cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y el presidente de IAC, Barry Diller) están presionando públicamente para que despida a la presidenta de la Comisión Federal de Comercio (FTC, por su sigla en inglés), Lina Khan, que ha hecho más que nadie para combatir el poder corporativo. Si se le considera débil ante los multimillonarios o frente a China, está en peligro con los trabajadores. Para mí, ese es el único factor de riesgo político que tiene en este momento. No puede darse el lujo de que la pinten con la misma brocha que a Hillary Clinton en 2016, cuando los republicanos tuvieron éxito en presentarla como una globalista de las costas alejada de las preocupaciones de los trabajadores.

Espero que Kamala Harris dé su primer discurso sobre política exterior en las próximas semanas, y va a tener que encontrar una forma de utilizar el reinicio político para atraer a una base demócrata más amplia sin perder a los votantes que Joe Biden ganó gracias a su postura sobre el comercio y la desindustrialización.

Gideon, ¿tienes alguna idea brillante sobre cómo puede hacerlo de una manera que también haga que el resto del mundo se sienta bien con una administración Harris?

Lecturas recomendadas

-The New Yorker revisó el libro de memorias del compañero de fórmula de Donald Trump, J. D. Vance, Hillbilly Elegy (Hillbilly, una elegía rural: Memorias de una familia y una cultura en crisis), y cómo su propia historia familiar, bastante trágica, dio forma a algunas de sus opiniones más detestables.

-El editor de American Affairs, Julius Kerin, intenta darle sentido a lo que se ha convertido el Partido Republicano en The New York Times.

-En Financial Times no se pierdan la columna de Gillian Tett sobre cómo el universalismo como enfoque jurídico hace que sea más fácil para Trump violar las leyes. Y para divertirse, vean las fotos de su boda en The New York Times. ¡Felicitaciones Gillian y Henrik!

-El profesor de Harvard Michael Sandel está de acuerdo conmigo en que Kamala Harris necesita abrazar y transmitir el mensaje del cambio posneoliberal para asegurar los votos de los estadunidenses que se quedaron atrás. No se pierda su ensayo en The New York Times.

Gideon Rachman responde

Hola Rana, tradicionalmente, las elecciones se ganan sobre cuestiones internas, y los asuntos exteriores desempeñan un papel menor. Pero, como señalas, la diferencia entre los asuntos internos y los externos se está volviendo un poco borrosa. Por tanto, Kamala Harris tendrá que andar con pies de plomo en materia de política exterior.

Gaza juega un papel en las guerras culturales internas. El comercio se convierte en una cuestión de empleo e inflación. Y Donald Trump seguramente querrá sugerir que la primera mujer presidenta de Estados Unidos será demasiado débil para ser comandante en jefe.

No me hago ilusiones de que todo lo que Kamala Harris diga sobre política exterior de aquí al día de las elecciones estará impulsado por la política interna. Ella ya aprovechó la visita de Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, a Estados Unidos para adoptar una postura más crítica hacia su nación. Eso es importante para los votantes jóvenes y progresistas.

Pero tampoco quiere alienar a los votantes centristas que pueden estar preocupados de que su postura sobre Gaza la coloque demasiado cerca de la izquierda radical. El hecho de que su esposo sea judío le brindará cierta protección contra las inevitables acusaciones de antisemitismo. Por eso creo que Harris intentará encontrar otro tema sobre el que adoptar una postura inesperadamente agresiva. No se sorprendan si pide un aumento significativo del gasto en defensa.

Las cuestiones comerciales son más complejas. Tengo la sospecha de que, en términos de políticas, no tiene ningún problema con el “Green New Deal” (Nuevo Acuerdo Verde) de Biden. Políticamente, creo que Harris va a querer poner más énfasis en las cuestiones climáticas que Biden, como parte de su intento de movilizar a los votantes jóvenes. Pero tendrá que tener cuidado de no hacerse vulnerable al ataque de Trump y Vance de que va a hacer subir los precios de la gasolina y destruir empleos industriales en el proceso.

El proteccionismo es complicado. Por supuesto, no hay forma de que Harris repudie los aranceles que Biden ya impuso, pero creo que se va a oponer a los nuevos aranceles oscilantes que el equipo de Trump y Vance ya se comprometió a imponer. La política de esto es que Harris y su equipo saben que la administración Biden es vulnerable a la inflación. Ella argumentará que los nuevos aranceles de Trump serán altamente inflacionarios y un impuesto a los trabajadores estadunidenses. Resulta que creo que tiene razón.

Sus comentarios

Y ahora unas palabras de nuestros lectores de Swamp Notes…En respuesta a:

“Dudo que gravar a los ciudadanos estadunidenses más ricos genere ingresos suficientes para cubrir las transferencias públicas a los que se quedaron atrás a una escala que tenga un impacto real, a menos que la tasa impositiva sea extremadamente alta, pero eso hace que se corra el riesgo de un éxodo como en Francia con el impuesto a los millonarios. Para crear ingresos suficientes, habrá que introducir un impuesto progresivo sobre la renta que también cubra a la clase media y media alta… O se les puede dar a las personas un salario decente con el que puedan vivir. El problema en Estados Unidos y en países como Reino Unido y Francia es que la clase dirigente se beneficia de una gran cantidad de trabajadores poco o nada cualificados. El resultado es la polarización política”. - Claus Grube.
Financial Times Limited. Declaimer 2021


LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.