Nick Andersen empacó su vida en Charleston, Carolina del Sur, y se dirigió al sur en busca de un nuevo trabajo y un nuevo comienzo. En marzo, firmó un contrato de arrendamiento por un año en un departamento en Miami. Dos semanas después de asumir su puesto en una compañía de software financiero, estaba trabajando desde su casa.
Un mes después, no estaba trabajando en absoluto. Los jefes que habían recibido ansiosamente a Andersen, de 32 años, unas semanas antes, ahora le decían que lo estaban colocando en “licencia indefinida sin derecho a remuneración”. No le pagarían, pero al menos mantuvo su seguro de salud. Dispuso de su cuenta de ahorros: de alrededor de 10,000 dólares. Ese dinero que le emocionaba haber podido acumular en los últimos años, ahora tendría que utilizarlo para llegar a fin de mes.
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“Es algo así como… la historia de los millennials”, dice Andersen. “Seguimos trabajando para ese futuro que realmente no está por llegar”. Pocos acontecimientos han expuesto una división generacional tan fuerte como la pandemia.
A pesar de todos los misterios que rodean al virus, una de las pocas certezas es que la gente de más de 70 años es mucho más vulnerable. Sin embargo, en medio de la embestida económica que produjo el virus, las personas que tienen menos de 40 años sufrieron el mayor golpe económico.
El Dato.16%
de los millennials de EU no tienen los medios inmediatos para cubrir un gasto de emergencia de 400 dólares
El revés devastador
A medida que los gobiernos comienzan a trazar un camino para salir de la crisis, es probable que la redistribución generacional se convierta en uno de los temas dominantes. Después de sufrir dos cataclismos económicos en una década, habrá una fuerte presión para que las generaciones mayores devuelvan el favor y ayuden a los millennials a recuperarse.
Según Ana Hernández Kent, analista de políticas del Banco de la Reserva Federal de San Luis, muchos millennials en Estados Unidos (EU) deberían estar entrando en sus ingresos máximos. En su lugar, la combinación de la crisis financiera de 2008 y el coronavirus es “un doble golpe” que podría equivaler a un revés devastador.
“Incluso en el cuarto trimestre de 2019, los millennials aún estaban por debajo, en términos de riqueza, donde esperaríamos que se basaran en generaciones anteriores en edades similares”, dice Ana Hernández Kent.
Edward Glaeser, profesor de economía en Harvard, dice que esta generación en EU ve la atención médica gratuita para las personas mayores bajo el programa Medicare y las exenciones de impuestos en las hipotecas como una forma de “socialismo boomer” que los excluye.
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Las cicatrices de los salarios
Las definiciones varían, pero Pew Research considera que cualquier persona nacida entre 1981 y 1996 es un millennial, lo que significa que los de mayor edad tienen 39 años, y los más jóvenes 24. En EU, esta generación es la más diversa en la historia del país, la primera que no es una mayoría blanca, lo que hace que sea imprudente hacer generalizaciones radicales sobre sus perspectivas. Pero hay algo que une a muchos de los millennials de más edad para enfrentar esta nueva recesión: todavía no se recuperan de la última.
Graduarse en una recesión hace que sea bastante difícil encontrar un buen trabajo. Pero también puede dejar, lo que los economistas llaman, “cicatrices salariales”, donde la tasa de pago inicial más baja permanece contigo durante toda tu carrera profesional.
Según la economista de la Universidad Carnegie Mellon, Shu Lin Wee, la movilidad profesional limitada después de la crisis financiera significa que los millennials están atrapados entre dos opciones totalmente desagradables: permanecer en trabajos donde están mal pagados debido a los salarios mediocres que se establecieron en un momento de alto desempleo, o cambiar carrera en áreas donde la falta de experiencia significa comenzar más abajo en la escalera.
Shu dice que las cicatrices salariales de una recesión podrían arrastrar los ingresos de una persona hasta por 20 años. El análisis de Ana Hernández Kent, presenta una conclusión similar. Incluso antes de la pandemia, calcula que el patrimonio medio de un millennial de más edad es 33.3% más bajo de lo que debería ser al compararse con las generaciones anteriores en la misma etapa de vida.
Es probable que muchas de esas tendencias se vean exacerbadas por la crisis del Covid-19. Los millennials tienen más probabilidades de tener contratos a corto plazo, temporales o de cero horas, así como los que tiene en un trabajo en restaurantes, cafés o las chambas que han sido vulnerables durante el confinamiento.
La Fed de San Luis estima que hasta 16% de los millennials estadounidenses no tienen los medios inmediatos para cubrir un gasto de emergencia de 400 dólares. Para los afroamericanos en particular, la cifra aumenta a 32%
Las tácticas depredadoras
La pandemia resaltó muchas de estas disparidades. “Voy a ir a la universidad, luego a la escuela de posgrado y luego compraré una casa”, dice Erica, de 33 años.
Pero lograr las dos primeras dejó a Erica con 106,000 dólares en deudas estudiantiles. Erica fue una de las primeras de su familia afroamericana en ir a la universidad. Se graduó en 2008 durante la recesión, y ahora también siente el impacto económico de la pandemia.
Vive y trabaja en Oakland, California, en una organización sin fines de lucro, en parte porque hacerlo la hace elegible para un programa federal de condonación de préstamos estudiantiles. Eso significa que debería ver sus deudas eliminadas después de 10 años de pagos, seis de los cuales quedaron atrás. Ella critica las tácticas depredadoras que se utilizan para atar a los estudiantes de familias de bajos ingresos con préstamos de alto interés, con la promesa de que les significará más oportunidades en la vida.
“La gente simplemente entregaba el dinero”, dice Erica, “y luego le quita a esos jóvenes cada centavo que logran ganar con ese título universitario”.
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Los otros mitos de consumo
En 2017, Tim Gurner se convirtió involuntariamente en una figura de odio viral para una generación. En una entrevista, el desarrollador inmobiliario australiano sugirió que no era la dificultad económica lo que mantenía a los millennials fuera de la escala de vivienda, sino un gusto extravagante en el brunch.
En el mundo real, existen pocas pruebas para apoyar la “falacia del pan tostado con aguacate” o variaciones sobre el tema. Pero Gurner quizás aprovechó un sentimiento común entre las generaciones mayores •o en su caso, los millennials más privilegiados• de que la falta de éxito económico se debe a ciertos rasgos de personalidad de un grupo demasiado sobreprotegido.
Gray Kimbrough, economista de la American University, argumenta que se han desarrollado una serie de mitos para explicar las dificultades económicas de esta generación. “El mito más grande es que esta generación brinca de trabajos”, dice. De hecho, los millennials realmente cambian de trabajo con mucha menos frecuencia que las generaciones anteriores en la misma etapa de sus carreras.
La persistencia de ese tipo de mitos provocó su propio resentimiento generacional: el insulto de “OK Boomer”, que se propagó rápidamente por internet el año pasado. “Escuchamos: ‘Bueno, cuando tenía tu edad, entré en la universidad por mis medios y compré una casa, te crié con un salario’. Pero los boomers han establecido estas estructuras de poder que hace que para mí sea imposible alcanzar”.
Aislamiento político
Lo que probablemente entusiasme a los millennials es la ampliación de la condonación de la deuda estudiantil. En su vida, los jóvenes han visto aumentar el costo de un título universitario casi 70% desde que llegó el nuevo milenio.
Las estimaciones sugieren que la deuda estudiantil promedio de los millennials es de más de 30,000 dólares. La encuesta de Harvard encontró que 85% de los jóvenes estadounidenses están a favor de alguna medida para reformar el programa de préstamos estudiantiles.
La otra gran barrera para la creación de riqueza es el costo de la propiedad. Algunos jóvenes se quejan de que los planes que fomentan la propiedad de la vivienda no toman en cuenta el costo de la deuda estudiantil. “Muchos de los programas nos excluyen porque ganamos demasiado dinero, pero no toman en cuenta las deudas que tenemos”, dice Erica en Oakland.
yvr