El grupo de artículos de lujo LVMH nombró a dos altos ejecutivos de su marca Louis Vuitton y a uno de los hijos del multimillonario fundador Bernard Arnault para dirigir al grupo joyero estadunidense Tiffany después de que se completó su adquisición ayer por 15 mil 800 millones de dólares.
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Anthony Ledru, un experimentado ejecutivo de joyería que trabajó en Tiffany antes de unirse a Louis Vuitton en 2014, asumirá el cargo de director ejecutivo.
Alexandre Arnault será de manera efectiva su número dos como vicepresidente ejecutivo de Productos y Comunicaciones. El joven de 28 años de edad dirigía la marca de equipajes Rimowa, de LVMH, desde 2016, cuando convenció a su padre de adquirir el fabricante de maletas alemán por 640 millones de euros. Ayudó a atraer clientes más jóvenes a la marca a través de colaboraciones con diseñadores estelares como Virgil Abloh, de Louis Vuitton, y Kim Jones, de Dior.
Michael Burke, el director ejecutivo de mucho tiempo de Louis Vuitton, también se desempeñará como presidente de Tiffany.
Los tres ejecutivos tendrán la tarea de mejorar el desempeño del icono estadunidense del comercio minorista de 183 años de antigüedad, conocido por sus anillos de boda de diamantes, vasos de cristal y otros obsequios de gama alta.
Las cajas y bolsas de color azul turquesa de Tiffany desde hace mucho tiempo son un símbolo del lujo, no solo en Nueva York, donde se fundó la marca, sino a escala mundial. Casi dos tercios de sus 320 tiendas están fuera de Estados Unidos, y es probable que la expansión en el mercado asiático sea una prioridad bajo la propiedad de LVMH.
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Pero los analistas dicen que Tiffany necesita invertir más en la actualización de sus tiendas y en vender más en línea si quiere seguir siendo relevante para los consumidores del sector de lujo. Se espera que LVMH busque llevar la marca a un nivel superior para mejorar los márgenes, similar al cambio que llevó a cabo en Bulgari después de adquirir la marca italiana en 2011.
Luca Solca, analista de Bernstein Research, dio la bienvenida al nombramiento de “un equipo de pesos pesados para dirigir Tiffany”, y dijo que juntar “gerentes experimentados con miembros de la familia y posibles líderes futuros” es una estrategia sólida.
Además de Alexandre, otros tres hijos de Bernard Arnault también ocupan puestos ejecutivos en el imperio controlado por la familia que abarca 70 marcas, entre ellas Christian Dior y el champán Moët & Chandon.
La tarea en Tiffany se hará más difícil por la pandemia de covid-19, que destrozó los viajes internacionales y obligó a repetidos cierres de tiendas durante el año pasado.
Las ventas de LVMH se contrajeron 21 por ciento sobre una base comparable a 30 mil 300 millones de euros en los primeros nueve meses de 2020, mientras que las de Tiffany cayeron 24 por ciento a 2 mil 300 mdd. A pesar de la pandemia, las acciones de LVMH subieron 22 por ciento el año pasado, lo que la convierte en la segunda compañía más grande de Europa con un valor de mercado de 259 mil millones de euros.
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El cierre del acuerdo después de más de un año pone fin a un camino a veces accidentado hacia la adquisición más grande del sector del lujo. LVMH amenazó con abandonar el trato, con el argumento de que el precio que acordó pagar poco antes de la pandemia ya no era justo, lo que provocó una enconada batalla pública y una demanda con Tiffany.
Louis Vuitton más tarde aseguró una pequeña reducción en el precio, algo que abrió el camino para la ratificación del acuerdo por parte de los accionistas la semana pasada.
“Me complace dar la bienvenida a Tiffany y a todos sus talentosos empleados en nuestro grupo”, señaló Arnault en un comunicado, y agregó: “Somos optimistas sobre la capacidad de Tiffany para acelerar su crecimiento, innovar y permanecer al frente de los logros y recuerdos más preciados de la vida de nuestros exigentes clientes”.
CLAVES
RETRASO
LVMH pidió en septiembre del año pasado abandonar la compra después de que el gobierno francés le pidiera retrasara la transacción tras una disputa comercial entre París y Washington.
DEMANDA
Tiffany recurrió al sistema legal de EU para hacer cumplir el acuerdo de fusión y presentó una demanda contra LVMH que buscaba obligar a la firma a respetar los términos originales del acuerdo.
CONTRADEMANDA
El grupo de artículos de lujo respondió a su vez con una demanda rival que reclamaba el desempeño “catastrófico” de Tiffany desde que la pandemia había dejado perspectivas “pésimas” para el futuro.