“El único emperador es el emperador del helado”, escribió el poeta Wallace Stevens. Muy en lo cierto también. El mejor helado es sublime. Lamentablemente, las golosinas congeladas engordan y son difíciles de transportar. Nestlé se aleja nerviosamente del congelador. Está vendiendo sus marcas de helados estadunidenses, entre ellas Häagen-Dazs, a Froneri, una empresa privada de Reino Unido, a un valor de empresa de aproximadamente 4 mil millones de dólares (mdd).
Froneri se convertirá en un competidor más cercano a Unilever, el líder mundial en helados. Su jefe Ibrahim Najafi, quien afirma que “sangra jarabe de frambuesa”, entonces puede desempeñar un papel más importante para ayudar a consolidar el fragmentado sector.
Este no es un simple trato convencional. El grupo suizo de alimentos y el grupo de capital privado PAI ya son propietarios de 44.5 por ciento de Froneri cada uno. Por lo tanto, una parte de la transacción representa una transferencia de capital en el negocio de helados de EU del primer al segundo socio. Otro involucra efectivamente a Nestlé en una “recapitalización de dividendos”. Aquí, un propietario saca efectivo de un negocio que se vuelve más apalancado.
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Los pocos detalles publicados junto con las conjeturas con conocimiento dan una pista de la receta. Nestlé y PAI inyectarán cada uno algunos cientos de millones de capital en Froneri. El grupo suizo recibirá un poco más de 3 mil millones de dólares en efectivo. La deuda neta de Froneri presumiblemente subiría de alrededor de 1 mil 700 millones a unos 5 mil millones de dólares.
Eso sería un fuerte EBITDA final combinado de seis veces. Sin embargo, el ahorro de costos y el crecimiento de las ganancias deberían reducir la relación prospectiva, una medida que es más importante.
El poema de Wallace Stevens se refería mordazmente al helado servido en una recepción fúnebre. La creciente conciencia pública sobre los riesgos de enfermedades cardíacas podría desacelerar las ventas de rápido crecimiento de Froneri. Está luchando con recetas más saludables. Los mercados en desarrollo son prometedores. Pero vender helados tiene sus retos en países donde el clima cálido derrite rápidamente las cosas.
Nestlé tiene sus propios desafíos ambientales, en particular la crítica de los altos costos de carbono del agua embotellada. Es razonable sacar un poco de dinero de la caja de su heladería estadunidense en un múltiplo de 14 veces. Si Froneri sale a bolsa o se vende a un precio más alto, Nestlé aún se va a beneficiar.