Escribo estas Swamp Notes desde Londres, donde la semana pasada el Partido Laborista de Reino Unido triunfó sobre los conservadores en una importante derrota electoral. Hay mucho que decir al respecto, y mis colegas de Financial Times cubrieron todo los aspectos sobre ese tema. En un par de semanas, cuando regrese de las vacaciones, ofreceré mi propia lista de lecciones que se pueden aprender de la Bidenomía, dado que parece probable que el partido intente implementar alguna versión de eso en casa; mientras me gustaría centrar esta nota en un tema diferente: los efectos inflacionarios del turismo.
He entrado y salido de hoteles en varios países en las últimas semanas y veo estadunidenses en todos lados gastando mucho dinero. En una cena en un restaurante elegante en el distrito de los teatros de Londres la semana pasada, literalmente todas las mesas por las que pasé estaban llenas de yanquis. El sur de Europa, donde por supuesto el clima es mucho mejor, está aún más lleno. The Wall Street Journal recién publicó este artículo sobre los estadunidenses que impulsan los aumentos de precios en lugares como Italia, España, Grecia y Portugal, al gastar libremente mil dólares por noche en habitaciones de hotel y 300 dólares en cenas.
La tendencia se debe a tres cosas: un dólar fuerte, una gran recuperación posterior a la pandemia de coronavirus en Estados Unidos (gracias en gran parte al enorme estímulo fiscal que se dio a los consumidores) y la recuperación más débil en Europa, que se vio más afectada por cosas como la invasión a Ucrania. Pudimos empezar a ver a estadunidenses gastando libremente en el extranjero el verano pasado, ansiosos por regresar a Europa después de la emergencia sanitaria; sin embargo, parece que este verano se van a establecer nuevos récords en viajes y gastos.
Mi esposo y yo pasamos su cumpleaños en Grecia en mayo, y aunque los precios no eran exactamente los que serían en un elegante resort de la costa este de Estados Unidos, no estaban muy lejos. Eso puede ser bueno para los ingresos fiscales europeos y la creación de empleo (al menos en el sector hotelero y de esparcimiento), pero también está alimentando el resentimiento de los lugareños que ya no pueden permitirse una vivienda cerca de sus trabajos. El resultado es una creciente bifurcación económica en ciertos lugares turísticos de moda, donde hay personas que beben café con leche y hay personas que los preparan. Este es el efecto Aspen que llega a Europa, y puede terminar muy mal.
Muchos países europeos ya están reconsiderando el auge. Presento aquí algunos titulares que he visto recientemente y que tienen que ver con todo esto:
-Miles de personas se manifiestan en Tenerife contra el turismo masivo a pesar de que 35 por ciento del producto interno bruto proviene de esta industria.
-Ámsterdam prohíbe la construcción de nuevos hoteles con el objetivo de mantener bajo el número de turistas
-Venecia comenzó a cobrar una tarifa para entrar a la isla
Los europeos no son los únicos preocupados. Japón se queja de que hay demasiados turistas abarrotando ciudades ya de por sí repletas y poniendo en peligro ecosistemas frágiles. Y ahora que los chinos también empiezan a viajar de nuevo después de la pandemia de covid-19, algunas partes de Asia y Europa en particular probablemente estén más abarrotadas y caras.
A pesar de una recuperación más débil en relación con Estados Unidos, creo que las personas que viven en muchos lugares turísticos del mundo en particular vieron lo agradable que era sin tener hordas bárbaras de visitantes en todas partes durante la pandemia. Los turistas son las nuevas langostas, y si se van a comer todo el grano, es posible que tengan que pagar mucho más por él. Sospecho que empresas estadunidenses como Uber y Airbnb, que se considera que no pagan suficientes impuestos locales, también pueden ser objeto de escrutinio.
En Estados Unidos, lo que he notado sobre los viajes y el turismo es cómo los inmigrantes, siempre bien representados en la industria, han llegado a dominarlos. Estuve en una conferencia de negocios en Montana hace unas semanas y, al igual que Jackson Hole, Nantucket, los Hamptons y otros lugares de vacaciones, el personal de servicio parece provenir principalmente de Europa del Este, África y el Caribe. Como escribí en mi columna del lunes, la propia capacidad de EU para crecer sin mucha inflación ha dependido de la fuerza laboral migrante.
Pero la sensación de que los estadunidenses ricos propagan la inflación en otros lugares, mientras importan personal para mantenerla baja en casa, posiblemente no le caiga bien a todos. Gideon, ¿has notado también esta tendencia en tus viajes y cuál imaginas que puede ser el impacto económico, político y social?
Lecturas recomendadas
-Un artículo de George Packer en la portada de The Atlantic sobre Phoenix como la ciudad más estadunidense de todas es una obra maestra en la redacción de artículos. Lean esto y comprenderán todos los vectores complejos de nuestra política actual.
-Nueva York siempre está luchando contra las ratas; sin embargo, el problema ha alcanzado proporciones épicas. Mientras leía este artículo en The New Yorker, ¡vi una rata gigante en mi patio trasero!
-En Financial Times, no se pierda cómo la comunidad de inversionistas está navegando por nuestra compleja geopolítica.
Gideon Rachman responde
Hola Rana, me alegra que estés disfrutando de tus vacaciones en Europa y (lamentablemente) haces bien en salir de Reino Unido, donde el clima es pésimo. A veces me pregunto si Gran Bretaña ha sido maldecida por alguna extraña anomalía del calentamiento global que hace que nuestro clima sea más frío y húmedo. Por otro lado, los días de lluvia en Wimbledon también fueron una característica habitual de mi infancia. (Y al menos la cancha central tiene techo en estos días)
En cuanto a los turistas estadunidenses, la era actual tiene un aire más bien de la década de 1950. En aquel entonces, la Europa de la posguerra era mucho más pobre que EU y los turistas estadunidenses, derrochando dinero, se daban cuenta de eso. En los últimos 15 años, la economía de EU volvió a superar significativamente a Europa y los resultados se pueden ver en la fortaleza del dólar… y en los restaurantes y hoteles del viejo continente.
¿Esto es malo? Creo que los europeos deben tener cuidado con lo que se quejan. Claro, hay algunas quejas sobre el exceso de turistas, aunque a menudo son los grupos de viajeros chinos los que parecen atraer la mayor ira, ya que se mueven en masa; sin embargo, el turismo es la industria más importante de Europa y una enorme fuente de divisas. Creo que también debemos estar orgullosos y satisfechos de que Europa conserve una mezcla única de paisajes, arquitectura, comida y cultura que la hace atractiva para visitantes de todo el mundo. Europa es una superpotencia en materia de estilos de vida.
¿Se puede tener demasiado de algo bueno? Tal vez en algunos casos. Hay un par de ciudades europeas de las que me mantendría alejado en temporada alta: Venecia, una ciudad que mencionas, y también Barcelona. De hecho, recién hubo manifestaciones contra el turismo masivo en Barcelona.
Pero tanto Barcelona como Venecia son lugares relativamente pequeños, por lo que la Plaza de San Marcos o Las Ramblas pueden verse abrumadas. Cuando llegas a las ciudades más grandes —París, Roma o Londres— no es tan difícil alejarse de las multitudes. Solo tienes que evitar las trampas obvias para turistas o manejar cuándo vas a ir. La última vez que estuve en París, las colas en el Museo de Orsay eran desagradables por la mañana, pero pude entrar directo una hora antes del cierre.
En cuanto a la controvertida cuestión de Airbnb, debo decir que soy fan y usuario, por lo que sería hipócrita por mi parte quejarme. En algunas zonas, como en el Marais de París, hay tantos departamentos para alquileres de corta duración que los lugareños se enfadan y se quejan. También significa que la división entre los que tienen —que poseen propiedades y pueden monetizarlas— y los de la “generación de las rentas” seguirá aumentando; sin embargo, los europeos también son grandes usuarios de Airbnb y debe haber formas de regular el negocio para garantizar que no abrume áreas o edificios concretos.
El turismo sigue siendo la gallina de los huevos de oro de Europa y no queremos matarlo.
Sus comentarios
Y ahora unas palabras de nuestros lectores de Swamp Notes…
En respuesta a: “Hay dos problemas con la reacción del Partido Demócrata sobre por qué el presidente Joe Biden debe hacerse a un lado en busca de sangre nueva y más joven. En primer lugar, no importa lo espectaculares que han sido los últimos cuatro años, eso no garantiza que los próximos cuatro años vayan a ser igualmente grandiosos. No hubo nada en el debate del jueves pasado que diera confianza en la capacidad del presidente de Estados Unidos para igualar los logros de su primer mandato.
En segundo lugar, no fue solo una mala noche. Para cualquiera que haya presenciado el declive de un amigo o familiar de edad mayor, la incoherencia del presidente Biden y su incapacidad para contestar las múltiples mentiras del ex mandatario Donald Trump, este no fue solo un mal debate. Fue una señal clara de que el presidente Biden no tiene la misma capacidad mental que tenía hace cuatro años.
El riesgo de que el ex presidente Donald Trump sea reelegido aumentó y es una perspectiva aterradora. Las posibilidades que tiene Joe Biden de vencer a Trump se redujeron considerablemente. Debería hacerse a un lado para dar paso a un candidato más joven que tenga la capacidad de vencer a Trump. Mi voto es por una candidatura de Whitmer/Booker”. - Janet Lewis.