Rishi Sunak, ministro de Hacienda de Reino Unido, presentó su Revisión de Gasto y Presupuesto con la afirmación de que el país tiene “una economía apta para una nueva era de optimismo”, pero la única noticia inequívocamente buena es una recuperación más rápida de lo esperado de la recesión provocada por el covid. Incluso este alivio está limitado por las disrupciones posteriores al covid y al brexit, en especial la elevada inflación.
“Con el salario real y el crecimiento de los ingresos que se van a detener el próximo año”, de acuerdo con el grupo de expertos Resolution Foundation, la recuperación pronto puede sentirse terminada, pero una preocupación mayor es si la política del gobierno justifica cualquier optimismo en las perspectivas económicas a largo plazo.
La verdad, por desgracia, es que la economía de Reino Unido desde hace mucho está sumida en un crecimiento mediocre. Paul Johnson, del Instituto de Estudios Fiscales, señaló que si las tendencias anteriores a la crisis financiera hubieran continuado, los ingresos brutos reales promedio serían cerca de 40 por ciento más altos de lo que son ahora. De acuerdo con Resolution Foundation, esta ha sido “la década más débil para el crecimiento salarial desde la década de 1930”.
Un periodo tan largo de bajo crecimiento de la productividad, las ganancias y los ingresos reales disponibles puso de mal humor a los votantes. Fue una buena parte de la razón del brexit, pero el bajo crecimiento también hace que todas las opciones de políticas sean dolorosas: con un lento crecimiento en ingresos y una fuerte presión para aumentar el gasto en salud, atención social y pensiones, los impuestos tienen que subir como parte de un ingreso nacional o el resto del gasto público se reduce sin piedad.
La mejor respuesta tiene que ser un crecimiento más rápido, pero eso también debe ser coherente con los compromisos climáticos. Lo que más llamó la atención del discurso del ministro de Hacienda fue la ausencia de una respuesta integrada a esos retos.
Entonces, ¿qué faltó? Algo que falló fue mostrar cómo la estrategia de crecimiento, los impuestos y los ambiciosos objetivos sobre el clima encajaban. En lugar de jactarse de otro año de impuesto a la gasolina congelado, por ejemplo, el ministro debe anunciar un plan para introducir un impuesto al carbono con una tasa que consistentemente sea cada vez mayor, en combinación con el compromiso de transferir el ingreso de nuevo a los hogares. Eso creará las señales de precios que las empresas y los hogares necesitan junto con una determinación que encaje para proteger a estos últimos del costo.
Una falla estrechamente asociada fue indicar cómo con la tasa de inversión mucho más alta, la economía deberá acelerar el crecimiento y la mitigación del clima, en especial en el sector privado, debe ser motivado y financiado.
Un compromiso con un impuesto al carbono en aumento ayudará con la motivación, pero algo igual de importante hubiera sido comprometerse con un crédito frente al impuesto a las corporaciones para todas las inversiones, en el año que se realizan.
Eso puede combinarse con una tasa global más alta de impuestos corporativos. Entonces el impuesto caerá con más fuerza sobre las empresas que no invierten. En su discurso, Sunak declaró que su “superdeducción” (una versión de esta idea) “hace que nuestro régimen fiscal para la inversión empresarial sea verdaderamente líder en el mundo, elevándonos desde el puesto 30 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, hasta el primero. Y, por un valor de 25 mil millones de libras durante los dos años que esté en vigor, este será el mayor recorte de impuestos a las empresas en la historia británica moderna”. Pero, ¿por qué está en vigor solo por dos años? ¿Esto resolverá el problema de mucho tiempo de la baja inversión empresarial? Difícilmente.
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Luego está el desafío de proporcionar el capital de riesgo para la inversión. Un tema crucial aquí es el papel y la estructura de los fondos de pensiones de Reino Unido. Tal como están constituidos y regulados actualmente, estos son demasiado fragmentados y aportan con demasiada cautela.
Un cambio en la regulación de las pensiones, incluida la consolidación de los fondos, así como un cambio hacia los sistemas de “contribución definida” colectiva, debe ser parte de una reforma radical de las pensiones.
Otro reto es de dónde vendrán los ahorros para financiar la mayor tasa de inversión que el país va a necesitar. Reino Unido ya maneja déficits de cuenta corriente muy grandes. Entonces, ¿el país debe arriesgarse a depender aún más del capital extranjero o debe haber tasas más altas de ahorros internos en el largo plazo? Si este último va a ser un objetivo, ¿cómo puede lograrse un mayor nivel de ahorros?
Muchos retos más surgen si Reino Unido busca conseguir un crecimiento más rápido, al tiempo que hace una ambiciosa transición verde. ¿El gobierno gasta lo suficiente en la excelencia de la investigación científica? ¿Se financiará bien la educación? ¿Las ambiciones para subir de nivel van a llegar a cualquier cosa real y duradera?
La Revisión del Presupuesto y Gasto ofreció la oportunidad de exponer el pensamiento del gobierno sobre cómo planea resolver retos de tan largo tiempo e incuestionablemente desalentadores. Eso lo convirtió en un momento importante para el gobierno, el país y la economía. Lo que se ofreció quedó muy lejos de lo que ameritaba la ocasión. Sunak puede ser optimista. Yo, por desgracia, no lo soy.
Además: Biden pide ayuda en suministros
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a 14 socios, entre ellos México, España, Italia y Alemania, una mayor cooperación para aliviar los cuellos de botella en las cadenas de suministro mundiales a corto plazo y “abordar las deficiencias” que amenazan la seguridad de sus territorios a largo plazo. “Tenemos que adoptar medidas para afrontar los problemas de suministro”, dijo al abrir un acto al margen de la reunión del G20. En una orden ejecutiva, Biden aprobó el acceso a material “estratégico y crítico” del Centro de la Reserva de la Defensa Nacional con el objetivo de asegurar “cantidades adecuadas” de equipamiento necesario para la seguridad nacional del país.
EU y la euro zona congelan aranceles
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, acordaron suspender los aranceles mutuos impuestos bajo la administración de Donald Trump, un “gran paso en las relaciones bilaterales” que refuerza la alianza. “EU no aplicará los aranceles de la sección 232 (de la Ley de Expansión Comercial) y permitirá la importación libre de aranceles de acero y aluminio de la UE en un volumen histórico” (cuya cantidad no fue detallada, aunque la prensa especializada baraja 3.3 millones de toneladas), mientras que la UE “suspenderá los aranceles sobre productos estadunidenses”, informó la Casa Blanca.