Retos de Kamala Harris hacia una economía integral

La vicepresidenta tiene que conectar áreas como vivienda, cui­dado de los niños, com­pe­ten­cia y régimen fis­cal

La demócrata sigue avanzando en las encuestas en su camino a la Casa Blanca. MEGAN VARNER/REUTERS
Rana Foroohar
Nueva York /

El muro azul parece fuerte. Incluso antes de la vibrante Convención Nacional Demócrata en Chicago, en las encuestas de agosto se mostraba que Kamala Harris había superado a Donald Trump en tres estados clave: Michigan, Wisconsin y Pensilvania. Esto se debe a su capacidad para canalizar un estado de ánimo optimista en lugar de miedo, a los propios errores de Trump y al hecho de que 30 por ciento de las inversiones del sector privado en sectores estratégicos apoyados por la administración Biden se destinaron a lugares como el Medio Oeste industrial.

Esa inversión en las áreas más afectadas por las conmociones comerciales no fue accidental. Como señala un reciente artículo de la Brookings Institution, es parte de un enfoque sistémico que adoptó la Casa Blanca actual para hacer tres cosas: aliviar la espiral descendente en las comunidades más afectadas por la conmoción de China de 2000-2012, fortalecer las economías con alto riesgo de futuras disrupciones y apresurar la inversión privada en nuevos sectores clave como semiconductores, energía limpia y equipos biomédicos.

La gente suele referirse a esto como política industrial, pero también se puede llamar pensamiento sistémico, es decir, resolver problemas no como algo aislado, sino como parte de una estrategia más amplia que conecta los puntos para abordar las causas profundas en lugar de los síntomas. En este caso, los puntos son económicos y políticos y se encuentran en diferentes cuestiones, geografías y sectores.

El pensamiento sistémico es mucho más común en áreas como la estrategia militar y la ingeniería que en la economía, pero es algo que Harris y su equipo tendrán que adoptar si gana las elecciones presidenciales.

Hasta ahora, el detalle de las políticas económicas de la vicepresidenta ha sido escaso. Eso es conveniente al tener en cuenta el calendario electoral y la necesidad de mantener cierta flexibilidad política; sin embargo, en última instancia su equipo tendrá que empezar a conectar los puntos en áreas como vivienda, cuidado de los niños, competencia y política fiscal si realmente quieren abordar los problemas que enfrenta la economía estadunidense.

Pensemos en el mercado inmobiliario. Harris tiene razón al enfocarse en la necesidad de nueva vivienda para quienes buscan comprar su primera casa y considerar incentivos fiscales para constructores y compradores, así como formas de eliminar los obstáculos de zonificación.

Pero hay otras cuestiones sistémicas que distorsionan el mercado. Una de ellas es el precio cada vez más alto del seguro de vivienda. Otra es la complejidad y el costo de la cadena de suministro (la vivienda requiere varias cadenas de suministro de materiales separadas). Y luego está la forma en que la Reserva Federal creó, aunque sin darse cuenta, un enorme cuello de botella en el mercado inmobiliario al mantener las tasas altas durante más tiempo en un momento en que los precios también se han mantenido elevados.

Nada de esto puede ni debe transmitirse en la campaña electoral, pero es necesario entenderlo de forma integral para elaborar las mejores políticas.

Lo mismo ocurre con el cuidado de los niños, otro de los temas que le interesan a Harris. Su idea de ampliar el crédito fiscal por hijo es algo evidente, pero abordar los problemas fundamentales en el cuidado infantil requerirá un enfoque más amplio de las disfunciones del mercado, que han tenido como resultado un sistema que sirve principalmente a los ricos o a quienes reciben apoyo del gobierno.

Esto implicará entender por qué el capital privado ahora posee ocho de las 11 principales cadenas de guarderías de Estados Unidos (sin mencionar el hecho de que los bancos paralelos hacen incursiones en otras áreas de interés público, como el mercado de préstamos estudiantiles, la atención de salud y la educación) y examinar las implicaciones para el acceso y la asequibilidad.

Como escribí hace unas semanas, Harris tiene muchas fortalezas, una de ellas es la capacidad de un fiscal para lidiar con diversos problemas y ver todos los lados. Eso le será útil en la campaña electoral y en los debates.

Pero un buen gobierno requiere un enfoque sistémico. Puedes adorar la Bidenomía, o la puedes odiar, pero no fue algo improvisado. Esta Casa Blanca presentó una visión clara y unificadora, que es que los mercados no siempre funcionan, el poder existe en la economía política y los gobiernos deben intervenir de manera sistémica para proteger los intereses de sus ciudadanos, no solo de los consumidores.

Harris tiene la oportunidad de mostrar su pensamiento sistémico en cuestiones como la manipulación de precios. Su propuesta de prohibición de los precios excesivos de los alimentos es un importante guiño político a los votantes más vulnerables que se han visto muy afectados por la inflación de los alimentos.

Pero abordar la manipulación de precios requerirá analizar no solo los márgenes de los alimentos, sino también comprender cómo la especulación financiera de los comercializadores de materias primas más grandes del mundo elevó los precios de los insumos de alimentos y combustibles en los últimos años. Como se señaló en un informe reciente de la Unctad, es la “actividad no regulada dentro del sector de las materias primas” la responsable de la mayor parte de los “aumentos especulativos de precios y la inestabilidad del mercado” desde la pandemia.

La forma en que los bancos paralelos utilizan los vacíos legales regulatorios para aprovechar ventajas desleales, la compleja interacción entre los mercados inmobiliarios y la política monetaria, o cómo ir más allá de la política fiscal como única solución a las distorsiones del mercado, pueden parecer desafíos distintos. De hecho, todos son parte de un problema más amplio, que es la necesidad de que nuestros funcionarios electos comprendan mejor cómo funcionan los mercados —no solo cómo los modelos económicos clásicos dicen que deben hacerlo— y establezcan reglas y políticas que garanticen que lo hagan en beneficio del interés público.

Si Harris gana la Casa Blanca, estará en una posición única y poderosa para hacer justo eso.

Financial Times Limited. Declaimer 2021


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