El yen japonés cayó a su nivel más bajo frente al dólar estadunidense desde 1986, algo que puso a los operadores en alerta, ya que temen que los funcionarios se vean obligados a intervenir de nuevo para apoyar a la debilitada moneda.
El yen registró una caída de 0.6 por ciento frente al dólar, para cotizar en 160.65 unidades, con lo que superó el nivel que alcanzó a finales de abril antes de que el Ministerio de Finanzas de Japón gastara una cifra récord de 9.8 billones de yenes (62 mil millones de dólares) para reforzar la moneda.
En respuesta a la última caída, el principal funcionario de la política monetaria de Japón, Masato Kanda, dijo a los periodistas que el gobierno está “seriamente preocupado” por la caída del yen y que responderá a cualquier movimiento “excesivo”.
“Si se produce un repunte repentino a 162 yenes, podrán usarlo como una razón para justificar otra intervención”, dijo Derek Halpenny, jefe de investigación de MUFG.
“El gobierno de Japón no querrá permitir que la moneda caiga mucho más porque la debilidad del yen ha elevado el costo de la vida y el primer ministro Fumio Kishida estará interesado en obtener apoyo antes de las elecciones de liderazgo de su Partido Liberal Demócrata en septiembre”, añadió Halpenny.
En lo que va del año, el yen ha caído 12 por ciento frente al dólar, ya que los inversionistas redujeron sus expectativas de recortes de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que impulsó al incremento de la moneda estadunidense. Aunque en marzo el Banco de Japón puso fin a ocho años de tasas de interés negativas, se ha mostrado cauteloso ante la perspectiva de nuevos aumentos en los costos de endeudamiento japonés.
Un repunte del yen a 151.85 unidades por dólar a principios de mayo después de la anterior intervención de las autoridades de la nación asiática en el mercado, pronto dio paso a un mayor debilitamiento, mientras los inversionistas se enfocaban en la enorme diferencia entre las tasas de interés de Estados Unidos y de Japón.
Los analistas advirtieron que las autoridades pueden mostrarse renuentes a intervenir de nuevo, en vista del fugaz impacto de los esfuerzos anteriores.
“La cantidad de dinero que se gastó antes y el hecho de que su impacto fuera tan efímero no anima a que esto se repita pronto”, resaltó Themos Fiotakis, jefe de divisas globales de Barclays. “Mientras el diferencial de las tasas de interés sea amplio, esa presión sobre el yen persistirá”, añadió.
Los funcionarios japoneses han dicho que no defienden la divisa a un nivel concreto, y suelen intervenir después de caídas bruscas en lugar de graduales. Algunos analistas creen que pueden esperar a intervenir hasta después de las próximas elecciones en Francia y de la publicación de los datos de Estados Unidos, que pueden apoyar al yen si hay más pruebas de que la economía más grande del mundo se está desacelerando.