Dentro del impacto causado por la inflación tanto en México como en el mundo, el consumo de carne de res ha disminuido a un grado de adquirir el producto en 50 pesos por familia cuando el kilo se ubica en márgenes de $130, para reducir su adquisición en un 30 por ciento. Dicha situación se refleja en los puestos de venta ubicados en Tamaulipas, de acuerdo a comerciantes del sector.
Alberto Chi Méndez, miembro de la Asociación Regional de Comerciantes e Industriales Mexicanos (Arcim), aseguró que las consecuencias de la situación económica actual se da en la poca duración de nuevos establecimientos del ramo, el cierre de otros y la supervivencia de la mayoría en Tampico, Ciudad Madero y Altamira.
“Sí antes alcanzaba para un kilo de carne, hoy la gente solo compra 50 pesos. Es una clara muestra de la inflación y sí bien hay un subsidio a la gasolina, no es suficiente porque la luz, el gas y otros insumos se encarecen. El consumo viene a la baja prácticamente en un 30 por ciento en el precio que se ubica en $130, lo cual significa un incremento hasta de un 20 por ciento”, añadió.
Un panorama muy diferente se ve en el cerdo, el cual presenta variaciones por semana pues igual vale el kilogramo 70 pesos, como en 7 días sube a 90 pesos y viceversa. A su vez, la demanda de pollo es menor y su caída es gradual desde los últimos meses.
Cambian de producto
Con la diferencia del producto de potrero y proveniente de los rastros, la crisis derivó la falta de reses en los centros de matanza locales y trajo conseguir ganado de engorda, el mismo utilizado en los supermercados. Así, el emprendedor batalla en mantener su local abierto en máximo seis meses.
"Algunas carnicerías cerraron en definitiva sus locales, otras se mantienen pero con muchas complicaciones y se detecta la apertura de nuevos establecimientos, gente que le invierte pero dura poco, prácticamente el máximo es de cuatro meses y después bajan sus cortinas", concluyó Chi Méndez.