Los mercados y autoservicios de México se llenarán este año de peras originarias de California, Estados Unidos. La situación podría estar relacionada con varios efectos, entre ellos, el cambio climático.
El Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP) señala que el consumo per cápita de este fruto es de 793 gramos cada año; en medio de la temporada más importante para su venta, el sector de importación podría tener una buena oportunidad de entrada.
Los estados con más compras internacionales del producto durante 2023 fueron la Ciudad de México, Jalisco, Sonora, Baja California y Chihuahua, señala la Secretaría de Economía.
Y los principales orígenes de estas importaciones son Estados Unidos, Argentina, Chile, China y Sudáfrica.
Juan Carlos Moreira, representante del Consejo de Peras de California en México, destacó que para que una pera pueda llegar a la mesa de los consumidores toma hasta un año de trabajo, en el que se tiene que monitorear el clima y otros elementos que incidirán en la cantidad de producción disponible.
¿Por qué habrá más peras de California en México?
Este año, las variedades Bosc y Bartlett, fabricadas en el estado del vecino del norte, alcanzarán una producción estimada de dos millones de cajas, destaca el California Pear Season Begins with Promising Crop and High Market Demand.
El año pasado, llegaron al mercado mexicano 125 mil de estas cajas de producto (que contienen entre 80, 100 y 115 peras, dependiendo del tamaño). Para esta temporada los fabricante esperan alcanzar las 175 mil cajas en el mercado, ¿la razón? la oportunidad que se abrió tras la pronunciada caída en la producción de varias regiones.
Moreira sostuvo que en algunas zonas la baja fue de hasta 60 por ciento; en el caso de los agricultores californianos hubo una variación negativa de 2 por ciento, lo que les da una oportunidad para incrementar su presencia en el terreno.
“Es nuestro año para brillar. Las peras que van a encontrar este año en muchos centros de consumo van a ser fabricadas en California”.
Para lograr mitigar el impacto del cambio climático en sus operaciones, el sector ya cuenta con estrategias establecidas que les ayuden a enfrentar sus efectos.
“Los agricultores están muy al pendiente del clima y se apoyan en las universidades locales, que constantemente están investigando sobre técnicas y manejo de cultivos.
Si bien el clima todos los años no es exactamente igual, la naturaleza nos manda retos cada año, hay gente preparada para ajustar las prácticas del campo”.
Moreira destaca que los especialistas suelen analizar el crecimiento de las ramas y yemas; estas últimas son llevadas a microscopios en los que cuenta cuántas flores saldrán y con estos datos pueden anticipar si tendrán una temporada favorable o no.
Además, ya se contemplan ciclos del clima, como los fenómenos de El Niño o La Niña, que han impactado al sector agrícola.
“Todo esto va a influir. Esas condiciones ya se saben. Se avisa a los agricultores, ellos se informan y ya saben cómo va a venir y se preparan para hacer los cambios necesarios.En California, por ejemplo, si saben que se van a inundar, meten diques para que las islas no se inunden y ponen bombas a trabajar para sacar el agua de estas”.
Cada año a México entran alrededor de un millón de cajas de pera; el producto californiano todavía representa una pequeña fracción del mercado, pero ante el contexto actual tiene una oportunidad de crecimiento.
¿Subirán los precios de la pera en México?
Aunque las estrategias para prepararse ante posibles impactos del clima en las producciones representan un incremento en los costos de los agricultores, Moreira aseveró que el dinamismo de los precios en el país responderá a un tema de oferta-demanda.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refiere que entre enero y julio, la pera tuvo una inflación de 16.78 por ciento en el país.
En tanto, en su comparativa anual, el incremento de precios fue de 15.32 por ciento, señala el organismo.
CMOG