Una lección de Voltaire

Ciudad de México /

Cuenta la leyenda que frente a una diferencia de opinión, Jean Jean-Jacques Rousseau recriminó a Voltaire sobre por qué no lo apoyaba, siendo amigos, a lo que el autor de Cándido respondió, palabras más, palabras menos, que sí eran amigos, pero que él era más amigo de la verdad. Esta actitud puede suscitar algún desencanto para los que cultivan la amistad como valor máximo, pero representa también un escudo para protegerse frente a dilemas como el que enfrentan hoy en día políticos correligionarios de personajes en líos.

De cerrar filas en primera instancia con Felipe Calderón y su estrategia del avispero, posición equivalente a apoyar la gestión de Genaro García Luna durante ese sexenio, hoy los panistas, salvo excepciones, salen huyendo como si de dos leprosos se tratara cuando se les asocia a ellos, más todavía después de que el policía fue detenido, encarcelado, juzgado y hallado culpable de cinco cargos de narcotráfico, con una condena de 38 años de cárcel.

El mismo ex presidente ha alegado, con esa facilidad propia de los políticos, que nada sabía de las pillerías que un puñado de testigos protegidos colgó a García Luna y por las que fue condenado en Estados Unidos, artimaña que han empleado otros personajes para lidiar con las andanzas de colaboradores incómodos, por ejemplo Andrés Manuel López Obrador con René Bejarano, Carlos Ímaz y Gustavo Ponce.

Por eso resulta por lo menos temeraria la cargada de legisladores morenistas en favor del gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, quien visitó a las bancadas de ese partido en el Congreso para pedirles que confíen en él, como lo hizo públicamente López Obrador poco antes de dejar el poder, aunque reconoce la situación de violencia en su entidad y confiesa no saber cuándo acabará. Juega en su contra, y por eso sorprende más el apoyo público morenista, que ha quedado mal parado en la trama que derivó en el asesinato de Héctor Cuén y la entrega de Ismael Zambada a Estados Unidos.

Hace dos días, en un hecho insólito, una avioneta del narcotráfico lanzó volantes por Culiacán llamando a derrocar al mandatario, por quien hoy por hoy no parece ser buena idea meter las manos al fuego, menos con el proceso a El Mayo Zambada en curso. Porque después todos salen huyendo, como pasó con los panistas. 

  • Alfredo Campos Villeda
  • Director de @Milenio Diario. Autor de #Fusilerías y de los libros #SeptiembreLetal y #VariantesdelCrepúsculo. Lector en cuatro lenguas. / Escribe todos los viernes su columna Fusilerías
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