2024: un nuevo período de traslación alrededor de nuestra estrella se ha cumplido en días pasados según nuestro calendario en uso, el gregoriano, que con todos sus defectos e imprecisiones rige nuestra vida diaria. Lo cierto es que los días se suceden uno tras otro en el continuo del tiempo; la forma de agruparlos y de ponerles nombre: semana, mes, año, kin, huinal o katún es intrascendente. El día primero de enero es una fecha artificiosa para marcar un inicio; mientras que los eventos cíclicos repetibles en la naturaleza son más confiables para determinar el paso del tiempo, como la sucesión de las estaciones por las que atraviesa nuestro planeta en su viaje en torno a nuestra estrella llamada Sol. En el mes de diciembre, el día 21 sucedió el solsticio de invierno, o sea, el momento cuando el Sol se detiene en su camino anual en su punto más al sur, que casi corresponde con la distancia de nuestro planeta más cercana con su estrella, y que registraron nuestras antiguas civilizaciones. Aquí en nuestro país tenemos al norte, en el estado de Zacatecas, un lugar llamado Alta Vista, donde los pueblos mesoamericanos trazaron urbanísticamente un emplazamiento que les permitió determinar con precisión eventos astronómicos como el solsticio de verano; más allá de ese punto geográfico nunca caen los rayos del Sol “a plomo”, o sea, de forma totalmente perpendicular a la superficie del lugar. Es precisamente el día 20 del mes llamado marzo, que sucederá el cambio de estación de invierno a primavera. La mayoría de los primeros pobladores entendieron la ciclicidad de las diferentes estaciones que se presentan en la Tierra debido a la inclinación del eje de rotación, misma que les marcaba el inicio de un nuevo periodo, y que simbólicamente proporcionó elementos de formación cultural: la retirada del frío, un clima más acogedor, el florecimiento de las plantas, el renacer de la vida en todas sus manifestaciones.
Este 2024 tendremos uno de los fenómenos más espectaculares que nos puede proporcionar la naturaleza: en esta ocasión, la sincronización en las órbitas y distancias adecuadas entre el Sol, la Luna y la Tierra, originarán un eclipse total de Sol. A plena luz de la mañana, se presentará el ocaso, la noche y el crepúsculo del amanecer en el transcurso de un período de tiempo muy corto, cuatro minutos con veinte segundos. En este lapso se podrán observar la Corona Solar, algunas estrellas y si tenemos suerte con las condiciones atmosféricas, un cometa. Para observarlo tendremos que desplazarnos al norte de nuestra república mexicana, a los estados de Sinaloa, Durango o Coahuila, por donde tendrá su recorrido la sombra proyectada por la Luna sobre la superficie de nuestro planeta.
Para algunos de nosotros, posiblemente, sea la última oportunidad de observar un fenómeno de estas características, ya que la siguiente ocasión se presentará hasta mediados de este siglo. Así que preparémonos para ser testigos del funcionamiento de las leyes de la mecánica celeste.