Tengo una teoría que hoy les voy a contar y es que en época electoral hasta de nuestra sombra debemos desconfiar, no voy a decir nombres ni apodos pero mi teoría hoy van a escuchar. (Hasta aquí termina el relato con rima ahha) no les parece muy sospechoso que cuando una institución con muchos seguidores decide pronunciarse sobre temas que habitualmente no se pronuncia, empiecen a ocurrirle actos que parecieran provocados, es decir que les pusieron un 4 para poder darles un golpe institucional como mensaje y no me refiero homicidio (q también se ha dado) sino cosas que le pegan todavía más profundamente. Pero a mí parecer resulta demasiado obvio que una fiscalía por demás incompetente y carente de credibilidad (y no me refiero a la de Guanajuato, el estado del que hablo tiene una ciudad que se le conoce como de la eterna primavera) resulta cuando le conviene demasiado eficiente y comunicativa. Esto no es chiste local y quizás solo van a entender el contexto de esta columna quienes como una servidora gusta de estar informado y ver noticias para saber que pasa en el país y en el mundo.
Los hechos ocurridos esta semana, con una persona, en ese estado que les digo y aceptando que como humanos todos podemos caer en equivocaciones, sin embargo dudo que este haya sido el caso, no diré a cual me refiero porque me niego a hacerle publicidad a una trampa que pareciera maquiavélicamente planeada para darle un golpe a una institución fuerte con el mensaje de que se mantengan callados, por qué hay personas e instituciones que no le temen a la muerte física, sino a la muerte espiritual y quién armó la novela de esta semana entiende eso y quiso planear algo para darles en donde más le dolía y en un escenario donde el implicado está en un estado de no poderse defender.
Quién entendió, entendió, pero de verdad no crean todo lo que ven o lo que leen, cuestionen y más en época electoral, que es en donde los grupos de delincuentes de cuello blanco y también negro aprovechan para hacer sus fechorías e intentar armar historias que desacreditan a sus adversarios políticos o en este caso espirituales.