Que patético y ridículo se vuelve de pronto el ambiente mediático que envuelve a la Selección Mexicana de Futbol.
Ahora resulta que hay que hablar y escuchar y leer sobre versiones tan estúpidas como esa de que en el Mundial de Qatar 2022, Gerardo Tata Martino se vendió para que la selección argentina le ganara a la representación mexicana y pudiera avanzar a la siguiente ronda de esa Copa del Mundo.
Y la “evidencia”, el “gran dato” que permite a algunos desatar e instalarse en esta versión tan absurda es una declaración del mediocampista Edson Álvarez, a quien Martino dejó en la banca en ese decisivo duelo.
Como para esos algunos Edson Álvarez “era el mejor jugador mexicano”, resulta no solo inexplicable, sino sospechoso y hasta un acto de traición dejarlo en la banca. Ese es su único argumento.
Un buen periodista y un buen medio, unos que tengan la ética y la honestidad por encima de cualquier otro precepto, pueden y deben simplemente desechar un tema. No hablar de ello. No hay elementos reales para ni siquiera generar un debate. A otra cosa.
Si Edson Álvarez hubiera aportado algún dato, algún testimonio creíble, verosímil, uno podría entender que haya razones para retomarlo. Pero no. No hay ni materia de chisme. Lo que hay es una desastrosa falta de creatividad para captar y mantener audiencias de estos periodistas y medios. Lo que hay es un círculo vicioso que empieza, transita y termina en el periodismo basura.
Ahh, que no se me olvide esto: la entrevista en cuestión a Álvarez la realizó El Burro Van Rankin. Un actor, un conductor de programas de televisión que nunca ha pretendido realizar un periodismo serio.
Tan mal está el periodismo deportivo en México que el señor Van Rankin se volvió ahora un referente de un medio que transita entre los conceptos más sucios y ruines de los que se tenga memoria. El show barato por encima de todo.