Las diversas arengas políticas que marcaron el inicio de mes patrio son apenas una muestra del ambiente de polarización política que respiraremos los siguientes 28 días, previos a la toma de protesta de la doctora Claudia Sheinbaum Pardo. Como ocurre desde el inicio de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue quien marcó la pauta de la jornada con esa consulta a mano alzada a favor de la llamada “reforma judicial” y que, como él mismo reconoció, la propició con ánimo provocador frente a sus opositores. Una consulta que vendría acompañada por otro mensaje que dirigió al gobierno de los Estados Unidos.
Del mismo talante fue el breve mensaje que dirigió la titular de la Secretaría de Gobernación en ocasión de la entrega del informe por escrito acerca del estado general que guarda la administración pública del país. Con la consigna de “es un honor estar con Obrador”, a quien reconoció como “el mejor presidente que a tenido este país”, Luisa María Alcalde dejó en claro que acudía a la sesión de apertura del Congreso General, no en su papel de secretaria de Gobernación sino más bien en su carácter de futura dirigente nacional del Partido Movimiento de Renovación Nacional.
Del alud de reacciones provocadas por ambos mensajes recupero el posicionamiento expresado en tribuna por el senador por Jalisco, Clemente Castañeda, quien enfatizó “no tenemos miedo de defender lo que creemos, ni a confrontar ni desmentir al poder” (MILENIO JALISCO, 2 de septiembre).
Más allá de las palabras, no hay que perder de vista los rastros de confrontación y polarización social. Por lo pronto, el arranque de este mes patrio también registró otras expresiones de inconformidad por la “reforma judicial” con la marcha y concentración realizada en el Paseo de la Reforma frente al Ángel de la Independencia y las movilizaciones de trabajadores del Poder Judicial en otras ciudades del país (MILENIO JALISCO, 2 de septiembre). Definitivamente la efervescencia y beligerancia política con la que inició el mes patrio, apenas vislumbran los tiempos complejos que transcurren a contra reloj y esperarán a la primera presidenta de México a partir del primero de octubre próximo.