La capital de todos los mexicanos ya no es el feudo de Morena, con todo y que sigue gobernada por la camaleónica izquierda de este país.
La prensa es la gran culpable del “aburguesamiento” de la población de la gran ciudad. Sujetos como Ciro Gómez Leyva, Joaquín López-Dóriga, Sergio Sarmiento y José Cárdenas, señalados directamente desde la primera tribuna de la nación, se dedican a emitir un “bombardeo” de informaciones que terminan por desconcertar a los cándidos habitantes de Ciudad de México y los hacen “dudar” de las bondades que tan generosamente prodiga el régimen de la 4T.
Vistas las cosas, es bastante posible que esos mismos ciudadanos, trasmutados en votantes facultados para expresar su descontento en las urnas, pudieren no consagrar a las señoras candidatas del oficialismo —la que compite para ser la suprema alcaldesa de los respondones chilangos y la otra, la portadora del bastón de mando que le fue traspasado para que lleve las riendas de toda una nación— y, así de manipulados como están por los periodistas al servicio de la “mafia del poder”, elegir a Taboada, emisario de la derecha, y a Xóchitl, una india que dejó de serlo y que, habiendo sido pobre de nacimiento, acaba de perder también esta certificación de origen por no haberse sumado a las fuerzas políticas que representan en exclusiva al pueblo bueno.
Digo, denunciar la derechización de los lugareños en lo que era una “ciudad de avanzada” —así sea que ese viraje resulte del referido bombardeo de los medios de prensa y no de que los capitalinos sean gente enterada y con un ancestral espíritu contestatario— parece resultar más bien del nerviosismo, de una inquietud que pudiere estar recorriendo las filas de la clase gobernante.
Lo más curioso es que el desencanto natural de la población con sus gobernantes —un fenómeno que se observa en todas las sociedades y que explica, justamente, que los ciudadanos ya no voten por los que están al mando— no ha sido tomado en cuenta para elaborar el diagnóstico sobre esta trasmutación de los antiguos izquierdosos en simpatizantes del Partido Acción Nacional (CdMx se ha ido “empanizando”, ha revelado el eminente orador del palacio presidencial) sino que la metamorfosis se deba a la insidiosa arremetida de los conductores de los informativos radiofónicos.
Muy manipulables los chilangos, qué caray...