El taxi del aeropuerto abusa

Ciudad de México /

Haciéndonos esperar más por un taxi que el tiempo de vuelo. Cobrando más que las aerolíneas. Obligándonos a pagar el doble que servicios similares. O al menos 100 pesos extra por viaje. El taxi del aeropuerto es un abuso normalizado.

En otros países no es así. Por el contrario, se tiene un sistema “abierto” que permite la entrada a cualquier transporte de pasajeros a fin de promover la competencia y erradicar abusos. Tal es el caso de Boston, Dallas y Houston, entre otros.

En México no solo no es así, sino que vamos como los cangrejos. Nuestro más reciente aeropuerto (AIFA) quiere adoptar un modelo que limite la competencia y permita el abuso que existe en el AICM.

El AICM ha llegado al colmo, prohibiendo la entrada de Uber o Didi a las instalaciones, para ayudar a unos cuantos corporativos a pagar deudas millonarias. Te cuento.

El tema es que las corporaciones no han pagado cuotas que deberían pagar al AICM por operar en sus instalaciones por años. Adeudan 131 millones de pesos. Al AICM le urge el dinero porque ya no tiene los recursos de la TUA (ahora van al pago de la deuda creada por la cancelación de Texcoco).

Lo que debería proceder es que el AICM embargara a los corporativos y eliminara las concesiones. Se cambiaría la ley para transitar a aeropuertos de modelo abierto. Esto reduciría las tarifas que pagamos todos y permitiría, a corporativos y taxistas independientes de todo tipo, trabajar sin pagos extra.

Pero lo que pasa en México, con frecuencia no es lo que debería pasar.

Lo que pasó fue que los corporativos y el AICM decidieron apoyarse y hacer que nosotros, los usuarios, paguemos las deudas de los corporativos. Acordaron que se bloquearía a Uber y Didi para que los corporativos de taxistas se forren de dinero cobrando sobreprecios y así les alcance (y sobre) para pagar sus deudas. Eso está mal.

La restricción artificial de las opciones es una instancia más de regulaciones hechas en favor de las grandes empresas y de quienes tienen el poder, en detrimento de nosotros.

No es normal que tú, yo y todos paguemos los platos rotos de corporativos endeudados al punto de la quiebra.

Lo peor es que, según han reportado algunas fuentes, los conductores dicen haber pagado sus cuotas a tiempo y acusan a los directivos de los corporativos de habérselas quedado.

Aun si no fuera así es importante recordar que los beneficiarios de la colusión legalizada entre AICM y corporativos no son los conductores. Un conductor de aeropuerto ganaría más si se le permitiera trabajar abiertamente en toda la ciudad, pagando con un tag una cuota en caso de recoger o llevar a gente al AICM. No es así. Se les tiene cautivos, esperando horas a que “les toque chamba” y se les impide regresar de su viaje con pasaje (aumentando costos y afectaciones ambientales).

Esto no implica que Uber y Didi sean peritas en dulce. Didi es probablemente un gran evasor fiscal pues no emite facturas. Uber tiene cada vez más poder de mercado sobre sus conductores y pasajeros y lo usa de manera discrecional para cobrar sobreprecios. Ambos pagan muy pocos impuestos.

Urge modificar la Ley de Caminos, Puentes y Autotransporte Federal, además del Reglamento de Autotransporte Federal y Servicio para crear un servicio abierto. No hay razón por la que la ley deba estar creando corporativos millonarios a base de oligopolios creados artificialmente. No es normal tanto abuso.

Viri Ríos

viridiana.rios@milenio.com

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  • Política pública con datos. Autora de @NoEsNormalLibro. Podcast #PoliticaYOtrosDatos. Enseño en @HarvardSummer. Harvard Ph.D. / Escribe todos los lunes su columna No es normal
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